Se sabe, y no es nada nuevo, que a través de los medios de comunicación, los sectores económicos que efectivizan el poder generan sentido y crean legitimidad sobre futuras políticas a desarrollar.

Me llamó mucho la atención, el último sábado por la tarde, al repasar la información de los principales portales de noticias, un título de Infobae a manera de pregunta: «¿Intentó Juan Manuel de Rosas cancelar la deuda externa a cambio de las Islas Malvinas?».

Un título cuanto menos sugestivo, sospechoso, por tratarse del medio digital más leído de la Argentina, en la franja horaria con más flujo, del día de la semana con más entradas al sitio.

Más allá de los hechos históricos que menciona la nota, en algunos casos tergiversados, el mensaje político que se pretende dar en la misma, es el de cambio de territorio por deuda externa. Una estrategia que, según algunos teóricos de la geopolítica internacional, se viene barajando desde hace algunas décadas en la cúpula de la élite mundial, y que claramente se entre lee en las políticas del gobierno nacional con respecto al sobre endeudamiento generado en estos tres años.

Allá por el 2002, la entonces sub-directora del FMI Anne Krueger, desarrolló ideas en un informe preparado para ese organismo titulado, “Una nueva manera de abordar la restructuración de deuda”, en el mismo proponía empujar gradualmente a los países endeudados hacia el “concurso preventivo de acreedores”, para entonces poder avanzar secuencialmente hacia su “quiebra y disolución”.

Por aquellos años también en un artículo publicado en la revista “Foreign Affairs”, Richard N. Cooper (vocero del poderoso think-tank neoyorquino, Council on Foreign Relations al servicio de la elite global) recomienda que “cuando el país acreedor no logre recuperar su salud financiera deberán sus activos ser liquidados y los ingresos resultantes distribuidos entre sus acreedores, bajo la guía de un tribunal global”.

No es un detalle menor que, en medio de la crisis argentina de principios del siglo XXI, la prensa global – la revista Time y  New York Times, por ejemplo – llegaron al extremo de sugerir que la Patagonia Argentina, inmensamente rica en recursos, fuera separada del resto del país para servir de mecanismo de pago de la deuda en default.

El deseo rapaz de los Mega magnates mundiales por el sur argentino hace décadas se viene realizando.

El pionero indiscutido de esta avanzada es el grupo italiano Benetton, que empezó a comprar tierras en el sur de Argentina en los años 90. Actualmente, la empresa de Luciano Benetton es la mayor propietaria foráneo de tierras en argentina, la Compañía dijo a BBC Mundo que en la actualidad posee 900.000 hectáreas de campo en Argentina, en tres provincias sureñas: Santa Cruz, Río Negro y Chubut.

Ted Turner, el empresario y creador de la cadena CNN posee 36.942 hectáreas en el departamento de Collón Curá, en la provincia de Neuquén. El millonario norteamericano tuvo en su momento distintos pleitos con turistas y lugareños, dado que encadenó los accesos a los ríos Traful y Minero y hasta enrejó un puente.

El representante de Pichachen S.A, Ashley Carrithers, es un agente norteamericano con negocios en la Patagonia, se dedica a la producción de maní y cuenta con unas 15.000 hectáreas en el departamento de Ñorquin.

Roberto Hiriart representa a un conglomerado anglo chileno y posee una fastuosa estancia de 100.000 hectáreas en la base del volcán Copahue, donde alambro un importante curso de agua de deshielo que abarca parte de la laguna Los Carrizo y el arroyo Hualcupén.

Una sociedad que figura con el nombre de Gernot Langes Swarovski, cuyo titular es el nieto de Daniel Swarovski, posee más de 3.800 hectáreas en el departamento de Lácar.

Joseph Lewis tiene una propiedad de casi 12.000 hectáreas en Lago Escondido, en la provincia de Río negro, donde estuvo almorzando con el presidente Mauricio Macri el 24 de marzo del 2016.

Otros propietarios de la tierra argentina en cambio son ignotos, sus nombres se ocultan detrás de sociedades offshore, empresas de papel que muchas veces le otorgan el beneficio del anonimato a sus verdaderos dueños, en el país casi dos millones de hectáreas están en manos de firma radicadas en guaridas fiscales.

Sí a esto le sumamos la central nuclear china, la base militar norteamericana, la usurpación de las Islas Malvinas, el paso transoceánico del fin del mundo, y la gigantesca reserva natural de agua, minerales y combustibles fósiles, no quedan dudas de la importancia geoestratégica mundial del Sur del continente, que casualmente pertenece al pueblo argentino.

Es más que evidente, qué traman los megabancos supranacionales y el gobierno de Cambiemos, al endeudarnos por cifras que exceden muy largamente lo que jamás se podrá pagar, seguramente en la letra chica se establece de alguna manera el territorio como garantía, por eso desde las usinas de sentido comienzan a ablandarnos la conciencia para que, en un determinado momento, aceptemos mansamente el cambio del territorio nacional por el pago de una ilícita deuda externa.

https://www.infobae.com/sociedad/2018/12/25/intento-juan-manuel-de-rosas-cancelar-la-deuda-externa-a-cambio-de-las-islas-malvinas/

https://actualidad.rt.com/opinion/salbuchi/view/136718-canje-deuda-territorio-nueva-estrategia-elite-global

https://www.bbc.com/mundo/noticias/2011/06/110603_argentina_ley_tierra_extranjeros_vs

https://www.chequeado.com/investigacion/quienes-son-los-duenos-de-las-tierras-en-la-argentina/

https://www.lmneuquen.com/la-mejor-tierra-neuquina-esta-manos-extranjeras-n528849