Por Andrea San Esteban

Latinoamericanización o brasilenización son nombres que le dan los especialistas en Ciencias Sociales a la precarización laboral al aludir a una degradación de las condiciones de vida. El Estado de bienestar con seguridad social, jubilación, riesgo de trabajo, jornadas de 8 horas, categorizaciones por capacitación, antigüedad y obra social, tienden a desaparecer en el modelo neoliberal, tal como lo vivimos en los 90’ en Argentina.

Claudia Danani, doctora en ciencias Sociales e investigadora de la Universidad Nacional Gral. Sarmiento (UNGS) y la Universidad de Bs As (UBA), asegura en un estudio difundido recientemente que, “este es el legado neoliberal que se continua y profundiza con Cambiemos. Es la idea de que el trabajo formal y protegido es algo asociado al pasado y que trabajar es cumplir una obligación para la subsistencia”.

Danani, junto con el economista J.L.Lindenboim, escribieron un ensayo donde se explayan acerca de esta situación, afirmando que “Argentina se latinoamericaniza en el peor sentido. La precarización laboral es el peor problema, no solo en términos cuantitativos, sino cualitativos”.

Danani es clara cuando sostiene que no es lejano correr de un subempleo a otro. Tener un solo trabajo de 8 horas y una jubilación a determinada edad es algo histórico. Aquellos que aún tienen esas condiciones se sentirán privilegiados.

“Fue en la era menemista cuando se produjo ese efecto de flexibilización laboral y para nosotros es crucial entender que esa semilla o modelo, hoy vuelve. La idea de la desprotección, la vulnerabilidad social, precariedad, incumplimiento de los roles del Estado pusieron en cuestión y discusión el crecimiento”, expresa Danani.

El trabajo precario no mueve el mercado interno, la población no consume, no solo por falta de recursos, liquidez, sino por ausencia de tiempo y ganas de esparcimiento. La mayor preocupación es la subsistencia familiar, y serán necesarios varios trabajos para cumplir los compromisos.

“Se perforó el piso del 30% de trabajo en negro y esto no está atado a los costos de los empresarios, ese en un discurso neoliberal”, dice la experta en Ciencias Sociales.

En cuanto al gobierno de Mauricio Macri, hace una referencia clara al sostener que “ha tenido dos intervenciones en el campo laboral indisimulables. Una fue el veto a la ley anti despidos y la otra el proyecto de la ley del empleo juvenil; que precisamente hace eso, disminuye los aportes patronales para estimular empleo juvenil”.

Cuando Macri firmó el acuerdo con la Empresa Arcos Dorados (McDonald’s), para que forme parte del plan “Primer Empleo”, quedó claro que el empleado del mes sería un chico que trabaje a destajo y sin ninguna protección social. Ese convenio incluía a 5mil jóvenes de entre 18 a 23 años, con una jornada de 6 horas y con una retribución de $4.500, debajo del mínimo, y el Estado subsidiaba $1.000 de cada salario. Entonces el dinero de subsidio que se quitó al transporte para que los trabajadores paguen menos el pasaje, pasó a manos de la multinacional.

Finalmente señala la doctora Danani que “hay que integrar el sistema de control laboral con el sistema de control económico. Porque las empresas que negrean, no negrean solamente al sistema previsional o al sistema de obras sociales, negrean la actividad económica y esconden ganancias”

Un entramado perverso que se fagocita la calidad de vida de las familias, en pos del enriquecimiento y acumulación de unos pocos.