Por: Alejandra Ojeda Garnero

La inseguridad es un tema recurrente y del cual toda la sociedad está pendiente. Robos arrebatos, homicidios, entraderas, disparos, baleados, ajustes de cuentas, escruches, son constantes en las crónicas policiales diarias.

El jefe de la Unidad Regional II de Rosario, comisario Miguel Angel Oliva, está en los últimos pasos de su carrera, porque ya cumple 30 años de servicio y su mandato al frente de la fuerza finaliza en marzo del próximo año. De todos modos, y según sus palabras, no deja de “trabajar a destajo” para intentar brindar mayor seguridad a la sociedad  y mejorar la calidad profesional a los efectivos que integran la fuerza.

En relación al tema más caliente que tiene a la sociedad en vilo, “la inseguridad”, sostiene que en el último año el mapa del delito que lleva a diario “está cambiando de color; las zonas que teníamos en color rojo van cambiando al naranja y así sucesivamente. Estamos más cerca del delito, le seguimos los pasos más de cerca”. Aunque reconoce que falta mucho por hacer, afirma que “se está trabajando para tener mejor calidad en el trabajo de la policía”.

¿Desde el punto de vista de los recursos, cómo califica usted a la institución policial?

“La institución policial cuenta hoy con mayores recursos logísticos, no con mayores recursos humanos porque se han dividido en distintas funciones como la Policía Comunitaria (PC), Policía de Investigaciones (PDI), Policía de Acción Táctica (PAT), Policía de Intervención Barrial (PIB), Agrupación Cuerpos y Orden Público, que en total suman unos cinco mil efectivos, sólo para Rosario.

“Sin embargo –agrega-, y en cuanto al funcionamiento de las comisarías,  el nuevo Sistema de Justicia Penal, que es más ágil en cuanto a la resolución de las detenciones, las dependencias se encuentran saturadas y por ende también el personal policial que allí se desempeña. Es un período de transición hasta tanto se pongan en funcionamiento las nuevas dependencias policiales  y los nuevos penales de detención. Es una situación que afecta el normal funcionamiento y, a su vez, esta situación hace colapsar el Servicio Penitenciario. Soy optimista y espero que esta situación se resuelva  cuando se termine la construcción de las nuevas dependencias policiales y las nuevas unidades de detención”.

 ¿Cómo califica el trabajo de la Policía Comunitaria?

“Es para destacar el accionar de la Policía Comunitaria. Es gente nueva, que se está ambientando, se está acercando a la sociedad, gente joven, que si bien le falta un período de formación debido a que hubo que adelantar su salida a la calle por el reclamo de la gente, se dedica en forma exclusiva a la prevención de delitos. Estos jóvenes policías –agregó el jefe policial-, cuentan con tutores que los guían en su función, pero la sociedad es compleja, y su tarea también es compleja. Llevan un arma y al momento de desenfundarla hay que saber tomar decisiones; es un momento crítico que hay que saber qué hacer y tenemos que responder por nuestros actos”.

¿La gente entra en la Policía sólo porque encuentra una salida laboral?

“En los últimos tiempos la necesidad hizo que la opción de ingresar a la Policía sea una salida laboral para muchos jóvenes y se dejó de lado un poco la vocación de servicio y eso ha debilitado un tanto la calidad de los recursos humanos con los que cuenta actualmente la Policía. Para salvar este déficit –sostiene Oliva-, existe un proyecto con un nuevo plan de estudios donde se vuelve a la diferenciación jerárquica con la incorporación del cuadro de oficiales y suboficiales. Tenemos perspectivas para una mejor policía. Apuntamos a que sean más profesionales, como lo exige la sociedad. En un momento la necesidad era aumentar la cantidad de efectivos, ahora vamos por la calidad. En este sentido pretendemos que cuando una persona se acerca a una comisaría porque fue víctima de un hecho delictivo, se sienta atendida por un policía profesional, que se sienta contenida, como debe ser”.

¿Cómo se capacita al personal y en qué áreas?

“Al ser auxiliares de la Justicia, el policía debe estar debidamente capacitado para preservar la escena del crimen y para ello se dictan cursos con importantes cargas horarias. Porque el policía que llega al lugar es el primer representante del Estado y debe responder de forma fehaciente para volcar en un juicio la versión correcta de los hechos que registró en el lugar del hecho. El funcionamiento policial –explica- responde a una estructura y división de funciones. La primera denuncia ingresa a la comisaría, de allí es derivada a la Policía de Investigaciones, para su resolución; si fuese un delito de orden sexual, se deriva al sector que se ocupa de la asistencia a la víctima de abuso sexual; y otro estamento que se ocupa de la prevención como la Policía Comunitaria o de Intervención Barrial que actúa en forma mancomunada con el Comando Radioeléctrico, que a su vez colabora con el comisario de cada jurisdicción. La Policía es la misma, pero existe toda una estructura y organización para hacer que la función del policía sea cada vez más profesional. Es un proceso lento, estamos cuestionados, pero ahora vamos por la calidad”.

¿La población está muy preocupada por la ola de delitos. Cómo lo analiza la Policía?

“En los últimos dos años, el delito, según nuestras estadísticas, viene bajando en un 20 por ciento, con índices de homicidios que también decrecen. Pero en este aspecto no puedo dejar de mencionar que si alguien perdió un familiar en un hecho delictivo, no le importan los números. Sin embargo, yo tengo que hacer esta evaluación porque es mi función que baje aún más. Según el mapa del delito que venimos evaluando, vemos que hay una tendencia muy marcada para abajo”.

¿Y eso lo deja satisfecho?

“Para nada. Falta mucho por hacer porque siguen habiendo delitos, aunque los homicidios en ocasión de robo son los menos y la mayoría son por problemas interpersonales. La violencia está enquistada en la sociedad, eso no lo vamos a negar, y también la sociedad debe reconocer que no se puede salir a matar a un vecino porque el perro le ladró, o por un incidente de tránsito bajar y pegarle un tiro a otra persona o por diferencias futbolísticas”.

¿Cómo es el accionar en el combate de la venta de estupefacientes?

“Nuestro accionar, en relación al flagelo de la venta de estupefacientes, que sabemos preocupa a muchos sectores de la ciudad, puedo decir que desde el año pasado se vienen derribando bunkers de drogas que derivan de informes de inteligencia de la Policía. De un total de más de cien bunkers, hoy quedan alrededor de cuarenta. No tengan dudas que estamos trabajando, hemos bajado más de la mitad y seguimos trabajando para bajarlo aún más”.

¿Coincide con el “diagnóstico” que pone a Rosario como la más conflictiva del país?

“Lamento la mala prensa que tiene la ciudad en los medios, sobre todo nacionales, donde se hace referencia a que Rosario es la ciudad más conflictiva del país. Acá no existen lugares donde nosotros no podamos ingresar; sin embargo, en Buenos Aires, hay sitios que son impenetrables para la policía. Hay sectores muy conflictivos, no niego que existen, pero fuimos con la respuesta de mayor presencia policial y así se fue bajando el índice de delitos en cada zona. Lamentablemente no podemos anticiparnos pero vamos muy cerca y lo vamos bajando notablemente, se ven los policías caminando por las calles, al margen de la intervención de Gendarmería que fue muy importante”.

¿A propósito de la presencia de fuerzas federales, cuál es su evaluación?

“El balance es muy positivo. Gendarmería, Policía Federal, Prefectura y Policía de Seguridad Aeroportuaria trabajamos en conjunto, tenemos un centro de operaciones en donde se coordinan y planifican a diario los distintos sectores a abordar para no tener superposición de recursos humanos. Para organizar el trabajo, y que resulte beneficioso para la sociedad, se dividen los sectores o cuadrículas preestablecidas, para organizar de forma más optima la prevención de delitos y van mutando conforme a las necesidades de cada sector”.

¿Incluye en esto a la PIB?

“A este trabajo le sumamos la Patrulla de Intervención Barrial, que lo hace en bloque en determinados sectores, según el mapa de calor, que es un estudio diario de la información que nos brinda la sociedad. Este mapa surge de un relevamiento diario que hace el personal policial en las calles entrevistando a los vecinos, referentes sociales, docentes y distintos actores de la sociedad civil y a partir de allí surgen investigaciones, se piden allanamientos. Es un trabajo que apunta a mejorar la situación de los distintos barrios de la ciudad en el tema seguridad, que es el reclamo más fuerte que tenemos. De todas maneras –aclara-, es un trabajo complejo porque se nos va desplazando el delito, cuando abordamos una zona, los hechos se desplazan a otra y así sucesivamente. Es un trabajo constante y la tendencia es en baja, vamos trabajando sobre  zonas y hechos puntuales”.

¿Es un buen complemento el 911?

“La Central 911 es una fuente de información muy valiosa para detectar el tipo de delitos por sector, por ejemplo los robos a taxis que nos mostró que se movió el mismo delito desde la jurisdicción de la comisaría 12ª a la 15ª y eso nos permitió abordarlo y tratar de resolverlo. Cuando contemos con mayores recursos humanos, podremos lograr bajar aún más los hechos delictivos en la ciudad, esa es nuestra meta”.

¿Cómo funcionan los destacamentos móviles?

“Estos destacamentos móviles, emplazados en los barrios, están funcionando normalmente, con escaso personal, por ahora. Sabemos que la necesidad de la gente es de mayor presencia en esos destacamentos, pero estamos trabajando para mejorarlo. Podemos mencionar los de barrio Tango, ubicado en Mendoza al 8000, el de barrio Toba donde trabaja la hermana Jordán, zonas muy conflictivas donde el personal policial es agredido constantemente, pero a pesar de eso se cumplen con las guardias en los distintos destacamentos”.

¿Qué sucede los días de partidos? La ciudad queda desprotegida?

“Trabajamos en forma conjunta con la Secretaría de Eventos Masivos y la Secretaría del Deporte para abordar estos temas pre y pos partidos y sobre todo para los clásicos. De ningún modo la ciudad queda desprotegida cuando se producen eventos deportivos, ya que los efectivos afectados al operativo de seguridad en los estadios es el que en esa fecha se encuentra franco de servicio, y por lo tanto en la ciudad queda la misma cantidad de efectivos que cualquier día normal”.

¿Dos temas en una pregunta: tecnología y armas ilegales?

“Para brindar mayor seguridad es importante contar  con aporte tecnológico en los equipos de comunicación ya que el actual es de fácil acceso. Con cualquier Handy se puede sintonizar la frecuencia policial. El gobierno provincial va a disponer un recurso logístico importante con un nuevo equipo encriptado donde ya nadie pueda acceder. En cuanto a la existencia de armas ilegales en las calles, puedo decir que se está trabajando fuertemente en ese  sentido. Reconozco que el mercado es muy grande, pero se trabaja para recuperar la mayor cantidad de armas posibles. Falta mucho, pero estamos trabajando”.

¿Cómo han trabajado en relación a policías implicados en delitos?

“En esto quiero ser tajante: hay 160 efectivos que han pasado a disponibilidad por esas razones. El que está vinculado a un hecho delictivo, automáticamente la Secretaría de Control y Seguridad, que está a cargo de Ignacio Del Vecchio, la oficina de Asuntos Internos, División Judiciales que realiza los sumarios donde hay intervención policial y Sumario Administrativo se encargan de sancionarlos. Así depuramos nosotros mismos en toda la institución y automáticamente pasan a disponibilidad”.

¿Una reflexión para el final de esta charla?

“Trabajamos para tener una policía más profesional, más cerca de la sociedad, con una nueva imagen donde el comisario sea una persona conocida por el ciudadano, por el vecino. Tratamos de generar  una policía proactiva, con más presencia en la calle que pueda contener al vecino y prevenir el delito. En definitiva, que sea un buen representante del  Estado en pos de una mayor seguridad para toda la ciudadanía”.

Foto: Salvador Hamoui