Cinco presos que se encontraban alojados en una comisaría de localidad bonaerense de Avellaneda se fugaron este domingo, luego de limar los barrotes del baño de un calabozo y escapar por los techos del lugar. Son intensamente buscados por la Policía.

El hecho se registró esta madrugada en la Comisaría 1.ª de Avellaneda, ubicada en la calle Lavalle 158 de la zona Sur del conurbano. Según detallaron fuentes judiciales a Infobae, fueron los propios efectivos de la sede los que escucharon ruidos en los techos. A raíz de ello, los uniformados hicieron un recuento de los detenidos que estaban alojados en el sector de los calabozos, al fondo de la comisaría, y corroboraron que cinco de ellos se habían escapado.

De acuerdo a la reconstrucción efectuada por los investigadores, para concretar el operativo, los detenidos ingresaron al interior del baño y, usando una sierra prefabricada, cortaron los barrotes de la ventilación.

“Así ganaron acceso al patio exterior, desde el cual subieron con una sábana a los techos para luego darse a la fuga del lugar”, detallaron a este medio fuentes con acceso al expediente.

Según indicaron las mismas fuentes fuentes, los prófugos fueron identificados como Leandro Ezequiel Giménez (20), detenido por robo agravado con arma de fuego; Lucas Raúl Daniel Verón (21) y Alan Ariel Verón (23), apresados por robo en poblado y en banda; y Fernando Maggio (31) y Gabriel Horacio Roldán (39), detenidos por tentativa de robo.

El caso lo investiga Unidad Funcional de Instrucción N° 4 del Departamento Judicial de Avellaneda-Lanús, a cargo del fiscal Mariano Zito quien, de inmediato, ordenó un operativo de recaptura para dar con los paraderos de los delincuentes.

Mientras se realizan distintas pericias en el lugar, hasta el momento, la principal hipótesis que manejan los investigadores tiene que ver con que el elemento que utilizaron para limar los barrotes habría sido ingresado en alguna de las visitas familiares que los presos tuvieron el día jueves.

Esta no es la primera vez que ocurre algo así. El 4 de marzo pasado, cuatro presos que se encontraban alojados en la Comisaría Vecinal 7C de la Policía de la Ciudad, del barrio porteño de Flores lograron escaparse de su calabozo rompiendo un enrejado que estaba sin protección y luego abrieron otras celdas.
Todo comenzó luego de que un vecino alertó a los efectivos de la seccional por ruidos que escuchó en el techo de su casa. A raíz de ellos, los agentes descubrieron que faltaban cuatro presos, por lo que emitieron el alerta al 911.

Los detenidos fugados fueron identificados como Víctor José Pana, de 18 años; David Ferrari, de 31; Diego Guerrero, de 23; y Luis Silveyra, de 34.

Las primeras informaciones indicaron que Pana fue quien primero logró escaparse de su calabozo rompiendo un enrejado que estaba sin protección. Luego, este abrió otras celdas y los arriba mencionados lo siguieron. Una vez en el patio interno de la seccional, subieron por unos barrotes hacia los techos y huyeron del lugar.

Con el correr de los días tres de ellos fueron recapturados: el primero en caer fue David Ferrari, quien se había teñido el cabello de rubio, en una clara intención de cambiar su apariencia para no ser reconocido; además de que llevaba una gorra. Lo siguieron Diego Guerrero y Víctor José Pana.