El financista Luis Herrera y sus dos hijos, Ignacio y Diego, quedaron detenidos este martes tras una serie de allanamientos en Timbúes, ordenados por la Unidad Fiscal de Delitos Económicos y Complejos del Ministerio Público Fiscal, en el marco de la investigación por una presunta estafa que superaría los 30 millones de dólares y cuyas víctima son decenas de inversores que le confiaron sus ahorro en el año 2021. La audiencia imputativa se realizará en las próximas horas y se definirá si queda detenido en prisión preventiva.

Contra Luis Herrera se presentaron unas 60 denuncias que se acumulan en el fuero penal y el civil. Se estima que la estafa supera ampliamente los 30 millones de dólares. La causa penal es investigada por el fiscal Miguel Moreno quien, en principio, especificó que se le imputarán los delitos de administración fraudulenta, lavado de activos y asociación ilícita.

La causa que se investiga

Luis Herrera es el titular de la agencia de Bolsa, Fernández Soljan, creada por su suegro Paulino Fernández Soljan hace más de 30 años, y dos veces presidente y tesorero del Rofex (mercado de futuros de commodities, monedas y activos financieros más importante de la Argentina). Pero Herrera manejaba también una mesa de dinero paralela con la que realizaba operaciones en el mercado de Chicago que rendían superlativamente.

Sin embargo, en el año 2020 comenzaron los primeros rumores sobre los problemas de liquidez de Herrera y su incapacidad para devolver los depósitos de los ahorristas que querían retirarlos. Finalmente, en 2021, la cosa comenzó a complicarse a medida que crecía la cantidad de ahorristas que no tenían acceso a su dinero. La denuncias comenzaron a acumularse en al año 2021 y en octubre la Comisión Nacional de Valores suspendió a la agencia Fernández Soljan para operar en la Bolsa. Para el mes de noviembre, ya había entrado en default.

De acuerdo a la investigación del periodista Mariano Galíndez para el portal Rosario 3, en diciembre de 2021, Herrera presentó la convocatoria de acreedores. En la misma detalló que tenía 36 acreedores a los que les debe 7 millones de dólares. A eso hay que sumarle la deuda en Fernández Soljan y otros pasivos, por lo que se estima un acumulado de 11 millones de dólares. Sin embargo, el problema real es la deuda paralela, que los investigadores creen que supera los 30 millones.

La estrategia judicial de Herrera no funcionó y el juez de Primera Instancia Marcelo Quiroga rechazó el pedido de convocatoria y lo mismo ocurrió en Segunda Instancia en junio cuando el tribunal de alzada rechazó la apelación y volvió a negar la apertura. De acuerdo a la investigación de Galíndez, «luego de prometer sin cumplirle a sus clientes un acuerdo privado, y sin nunca haber podido explicar las razones de su crisis de manera convincente, Herrera había apostado a una solución en el marco de la convocatoria». Pero, aún al serle rechazada, Herrera seguía prometiendo a los ahorristas que se iba a volver a presentar y las cosas se iban a resolver.

El punto fundamental es que el empresario nunca pudo dejar sentado un plan de devolución del dinero ni explicar las razones del default. «Según les aseguraba a sus ahorristas, tiene todo el dinero depositado en Estados Unidos, pero lo tiene inmovilizado y por eso no lo puedo girar a otras cuentas».

Pero, de las primeras informaciones del allanamiento, surgió que, al menos hasta el momento, no se encontraron datos ni pistas del «supuesto fondo en el que colocaba el dinero para invertir en complejas operaciones financieras en el mercado de futuros de Chicago, lo que refuerza la hipótesis de que Herrera había montado un esquema «ponzi», en el que podía mantener el giro mientras consiguiera nuevos inversores para pagarle intereses a los antiguos ahorristas y que nunca le pidan el capital. «En las audiencias civiles a las que asistió, producto de las acciones civiles que ahorristas también iniciaron en su contra, Herrera negó ante el juez y las partes haber operado en el mercado de Chicago, como les prometía en privado a sus clientes con el dinero que recibía», reveló Galíndez en el portal Rosario3.

Este punto es uno de los más fuertes en la hipótesis de que se trató de una simple estafa, ya que el empresario nunca pudo explicar como llegó a la situación de default en la que se encuentra. Así, la Justicia deberá investigar si el dinero de los ahorristas se perdió por negocios financieros que salieron mal o si Herrera se lo quedó . Es por eso los fiscales siguen la pistas de algunas cuentas que tiene en el exterior.