La Procuraduría de Violencia Institucional (PROCUVIN) presentó un nuevo relevamiento sobre “Muertes en contexto de encierro”, que compila información de los fallecimientos ocurridos bajo custodia del Servicio Penitenciario Federal (SPF). El documento marca que en 2019 se produjeron 50 fallecimientos, lo que significa la mayor cantidad de decesos desde 2014.

En el informe se presentan, como todos los años, las series históricas y evolutivas, tanto en términos cuantitativos de medición como también en la profundización de las modalidades y circunstancias que dan lugar a los diferentes tipos de fallecimientos. Allí se puede observar, por ejemplo, que desde 2015 se registra un incremento sostenido en el número de fallecimiento por deterioro en las condiciones de salud.

De acuerdo al documento, seis de cada diez muertes se registraron en los Complejos I de Ezeiza, II de Marcos Paz y en Devoto. 18 de los fallecimientos fueron por eventos traumáticos, es decir, que no fueron producto de un padecimiento físico o de una enfermedad. Dentro de ese punto, se señaló que las muertes producidas por heridas de arma blanca han sido las más numerosas dentro del conjunto de muertes violentas: pasaron de cinco en 2018 a once en 2019.

Otro de los puntos en los que se hizo hincapié es que en el 25% de los casos los fallecimientos tuvieron lugar dentro de los primeros seis meses de permanencia en las dependencias. Todos las muertes han iniciado las respectivas investigaciones judiciales: en 14 casos, las denuncias fueron presentadas por la PROCUVIN.

Registro, análisis y estrategias

La muerte se torna el hecho de mayor lesividad dentro del ámbito carcelario y que por ello es prioritario dar continuidad a su registro y análisis. Es por eso que PROCUVIN, además de llevar adelante tareas concernientes a intervención en las causas y radicación de denuncias, mantiene desde 2013 una base de datos en la que consigna y caracteriza cada deceso sucedido en dependencias del Servicio Penitenciario Federal. Esta tarea permite contabilizar y analizar los cambios y las especificidades propias de cada período, focalizar en tipologías y detectar regularidades que permiten llevar adelante estrategias de intervención más eficaces.