Según datos estadísticos del Ministerio Público de la Acusación (MPA) de Santa Fe, en los últimos dos años, el índice de homicidios dolosos en Rosario descendió un 29 por ciento, pese a lo cual mantiene un tasa del 14,4 por cada cien mil habitantes, que duplica el promedio nacional de asesinatos.

Los especialistas atribuyen estos números al “bajo nivel de esclarecimiento” de los crímenes, la proliferación de armas de fuego y, en menor medida, la violencia narcocriminal, según informaron este viernes.

En tal sentido, los números revelan que en los últimos diez años, los homicidios dolosos crecieron en el departamento Rosario de 89, en el año 2006, a 271 asesinatos en 2013. En tanto que en 2016 esa estadística bajó y se registraron 181 crímenes con intención.

En tal sentido, el ministro de Seguridad santafesino, Maximiliano Pullaro, atribuyó el descenso a que su gestión puso el foco en cuatro ejes: «Articulación con Nación (mediante el envío de fuerzas federales), cambio en el paradigma de patrullaje, un trabajo social conjunto y una articulación con el Ministerio Público de la Acusación en la persecución penal focalizada del delito».

El funcionario explicó la puesta en marcha de un patrullaje «en capas», la jerarquización de la central 911 y el control de los policías, así como operativos «multiagenciales» que cruzan información criminal con un abordaje social de la marginalidad.

“En Rosario tenemos un escaso número de homicidios en ocasión de robo”, pero “la enorme mayoría (de los homicidios) son conflictos entre conocidos, que normalmente viven a escasas cuadras”, agregó Pullaro.

En mayo de 2013, fue asesinado de tres balazos uno de los jefes de la banda narco “Los Monos”, Claudio “Pájaro” Cantero (27), lo cual desató una seguidilla de homicidios por presunta venganza que expusieron a la ciudad santafesina a la mirada nacional sobre sus niveles de violencia.

A pesar de la espectacularidad de algunos de esos crímenes y su resonancia mediática, los asesinatos con sello narco “sólo explican el 20 por ciento del total”, según el diputado provincial Carlos Del Frade, al recordar datos brindados a fines de 2015 por el entonces gobernador santafesino Antonio Bonfatti.

“Nadie puede vincular directamente el crecimiento de la tasa de homicidio con el crecimiento del narcotráfico, porque otras ciudades tienen problemas de similar intensidad en relación al narcotráfico y sin embargo tienen tasas de homicidios mucho más bajas”, coincidió el ex Defensor General de Santa Fe, Gabriel Ganón.

Según las estadísticas del MPA, en 2014 los asesinatos “planificados” o por “ajustes de cuenta” –entre los que se agrupan los crímenes narcos por disputas territoriales o venganzas- representaron el 27 por ciento del total, mientras que un año después treparon al 36 por ciento.

Para Ganón, “el crecimiento de la violencia letal en Rosario tiene que ver con el pésimo funcionamiento de la administración de Justicia”.

El ex Defensor General santafesino señaló que en la comparación con provincia de Buenos Aires, “así como la tasa de homicidios en Rosario es más alta, la tasa de castigo también es menor”.

De acuerdo a un informe del MPA suministrado a Télam, el “indicador de individualización formal” de autores de homicidios en Rosario –que se toma para medir los esclarecimientos- fue del 55,7 por ciento de los casos de 2015 y del 54 por ciento el año pasado.

Es decir que poco menos de la mitad de las investigaciones de homicidios aún no se ha resulto, mientras en la provincia de Buenos Aires el 85,2 por ciento de los asesinatos dolosos de 2015 “tienen un imputado identificado”, según la Procuración de ese distrito.

Ganón identificó otros dos factores que explican, desde su óptica, la alta tasa de muertes violentas en Rosario: “La proliferación de armas de fuego y el crecimiento de la bandas delictivas, pero con mucho menor impacto del que se cree”.

Por otra parte, según datos brindados por el Ministerio de Seguridad provincial, en 2015 se secuestraron 950 armas de fuego y el año pasado fueron 973; mientras que el 75 por ciento de los crímenes de 2016 fueron cometidos mediante el uso de armas de fuego.

En cuanto al factor narco, que puso a Rosario en la agenda pública nacional en los últimos años, para el periodista y diputado provincial Del Frade el fenómeno obedece a “la síntesis de las rutas narcos, que coinciden en Rosario”.

Se trata de “la ruta 34, por donde baja la cocaína, y la ruta 11, por la que transita la marihuana junto al río Paraná”.