Por Alejandro Maidana

El 3 de mayo María de Ángeles Paris encontraría su muerte de una manera muy oscura dentro de la comisaría 10. Desde el mismo instante de su deceso, la sucesión de anomalías e irregularidades aflorarían por todos los rincones.

En el derrotero de estos 7 meses, pasaron movilizaciones, reclamos, y por sobre todas las cosas, una reautopsia que habría arrojado datos escalofriantes. La perito forense de la familia, Virginia Creimer, fue contundente a la hora de definir el análisis del cuerpo de la bibliotecaria. Sobre esto sostuvo; “lo único que se puede confirmar hasta ahora es que en la segunda autopsia aparecieron lesiones graves compatibles con torturas que no fueron informadas en el primer procedimiento”.

Contundente y preocupante fue lo que agregó sobre el Instituto Médico Legal: “La actitud corporativa que se está observando en esta institución no la he visto nunca en las décadas que llevo como profesional especialidad en delitos de violencia institucional”, sostuvo la forense.

Una introducción un tanto escabrosa para poder darle un marco concreto a lo que sigue siendo una batalla denodada por conseguir justicia ante un claro indicio de violencia institucional.

“La verdad que fue muy duro encontrarme de un día para el otro sin mi mamá. A esto habría que sumarle en las circunstancias en que se dio todo, como fuimos comunicados de su deceso”; de esta manera iniciaría su charla con Conclusión Erika Salazar, quién de un momento para el otro se encontraría sin su compañera y guía.

“Ese día la había visto a mi mamá por la mañana, observando que no regresaba decido llamarla al celular, es ahí cuando me atiende un desconocido del otro lado diciendo que la pasemos a buscar por la comisaría décima”; agregaría.

Movilizados por la situación, los hermanos de la docente se acercarían rápidamente al destacamento policial para encontrarse con una noticia nefasta.

“Cuando llegan al lugar se encuentran con un equipo médico que les comunican que habían hecho todo lo posible pero que la paciente había fallecido. Algo terrible ya que jamás imaginamos un desenlace tal”. La llegada del fiscal y el comienzo de las irregularidades; “el fiscal Schiappa Pietra le negó a mis tíos la posibilidad de ver el cuerpo de mi mamá, después entendimos el porqué. Las fotos de la PDI mostrarían claramente los signos de violencia que había sufrido. Desde el mismo momento que fue esposada, ya estaba sufriendo un atropello deleznable, mi mamá no era una mujer peligrosa, y menos insana como intentaron descalificarla”; sostuvo Erika.

El fiscal Schiappa Pietra y ese cono de sombras que se cierne sobre la causa; “hay elementos precisos y concretos para demostrar la inacción u omisión de este fiscal. Se perdieron las cámaras de seguridad de la comisaría, la ropa de mi mamá, los celulares de los efectivos involucrados  son solicitados dos semanas después. Una serie de irregularidades claras por parte de fiscalía y de la policía”, indicaría una joven que no descansa persiguiendo justicia.

Una primera autopsia incompleta, le abriría las puertas a una segunda que traería algo de luz. El Protocolo de Minnesota es aquel que se aplica cuando se sucede una muerte en situación de encierro o custodia policial, y este fue el que arrojaría datos de suma relevancia.

Erika endurece su relato cuando hace referencia al estado: “Es muy duro sostenerse de pie cuando es el estado el responsable de una muerte. Imaginate que debimos esperar dos meses para que el Gobierno de la provincia abone $12.000 en cuatro cuotas para los exámenes toxicológicos. Este es un claro indicio de la complicidad del poder político en un desesperado intento de entorpecer el esclarecimiento de la muerte de mi mamá”.

“La muerte de mi mamá fue una muerte política, la violencia institucional es sistemática, y la posición del estado es muy clara, es el garante de la misma”; concluyó.

Este domingo a partir de las 16.30 se llevará a cabo un festival en memoria de María de los Ángeles Paris en la Plaza de las Américas (Salta e Iriondo). A siete meses de su muerte, el grito de justicia se hace oír con más fuerza.