Este martes, el fiscal Adrián Spelta imputó a las cinco personas detenidas por el crimen de Máximo Jerez, el chico de 11 años asesinado el pasado 4 de marzo durante un ataque a balazos en barrio Empalme Graneros, en el cual también resultaron heridos otros tres menores. Dos de los imputados fueron acusados de la autoría material del hecho, en tanto que a los otros tres, una mujer y sus dos hijos, se les achacó ocultar el auto que se utilizó para la balacera,

Según detalló Spelta, las pruebas recabadas hasta ahora refuerzan la hipótesis de un enfrentamiento entre bandas. Según lo que pudieron reconstruir los investigadores, Nicolás C. conducía el Honda Civic color negro en tanto que Maximiliano C. efectuó es uno de los que efectuó los disparos. En el vehículo iban otras dos personas que permanece prófugos. Para el fiscal, todos respondían a Alex «Araña» Ibáñez, preso en Piñero. De hecho, la madre de uno de los prófugos reconoció ante la Justicia que su hijo es «soldadito» de la banda de Ibáñez, que había estado en el barrio ese día durante una salida transitoria.

En la audiencia, Spelta apuntó que «Araña» disputa el territorio con la banda de «los salteños», por Cristian Villazón, también preso, hacia quienes iba dirigido el ataque. «La evidencia que tenemos hasta el momento muestra que el objetivo del ataque a tiros era la familia de los salteños y que, al no encontrar a nadie en el lugar, lo dirigieron hacia los que se encontraban ahí, y terminó falleciendo Máximo y resultaron heridos los otros tres menores».

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«Las dos personas de apellido Castillo fueron los autores materiales, uno de ellos manejaba el Honda Civic y el otro era el que disparaba, junto con dos personas más que la Fiscalía estaba tratando de ubicar, Fueron 4 los participaron en el ataque», detalló el fiscal, quien explicó que los dos ya detenidos fueron imputados por homicidio calificado, «porque fue planificado y participaron varias personas».  Con esta calificación, podría caerles cadena perpetua.

En cuanto a los otros tres imputados, Gustavo B., Esteban M. y la madre de ambos, Alejandra R.  ambos, Alejandra Rodríguez, se los acusó de encubrimiento, por ocultar el auto, que fue encontrado a partir de una denuncia al 911,  en el garage de una casa ubicada en barrio Godoy, en Campodónico al 3200.

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Spelta relató que la orden de esconder el vehículo salió del pabellón 9 del penal de Piñero. «Es el pabellón donde se encuentran personas vinculadas directamente con los autores materiales, son familiares directos y son los que comandan esa banda que nosotros, desde el principio, sospechamos que mantenía un enfrentamiento. Los líderes de esa banda se encuentran en ese mismo pabellón de donde salió la orden de parte de otra persona hacia la familia para que esconda el vehículo».

El fiscal también contó que para el esclarecimiento del crimen se contó con la colaboración de la ciudadanía. Hubo un llamado que nos indicó sospechas donde podría estar el auto y rápidamente allanamos el inmueble y pudimos determinar quien era el dueño de esa casa,  Nicolás Castillo, la misma persona que manejaba el auto. Eso se unió a otros testimonios que daban cuenta que él era quien conducía y que las otras personas iban como acompañantes, y eso nos guío en el rol que desempeñaba cada uno».