Las Abuelas de Plaza de Mayo manifestaron hoy su «preocupación frente al intento de otorgar la prisión domiciliaria a delincuentes de lesa humanidad» tras conocerse el pedido para acceder este beneficio por parte de Francisco Gómez, condenado por apropiarse de Guillermo Rodolfo Pérez Roisinblit, hijo de desaparecidos durante la última dictadura.

«Son viejos y muy peligrosos. En los juicios no confiesan y no se arrepienten. Ellos pueden conspirarse para repetir el terror que se vivió durante la última dictadura cívico-militar», manifestó Estela de Carlotto, líder de la institución.

Fue durante una conferencia de prensa que la organización convocó tras conocerse la noticia de la posible liberación de Gómez, sentenciado en 2013 a 12 años de prisión.

«Yo siento que a nosotros se nos revictimiza: sufrimos cuando se apropiaron de nosotros, cuando nos restituyeron y ahora cuando pasan estas cosas», expresó, por su parte, Pérez Roisinblit, que participó del acto.

El joven explicó que se enteró el martes pasado de la solicitud que hizo la defensa del represor y detalló: «Desde ese día no duermo, estoy de mal humor, estoy descompuesto y, la verdad, es que tengo miedo como hace mucho tiempo no tenía».

En tanto, Carlotto sostuvo que siente «una gran indignación» por el pedido de domiciliaria y apuntó contra el Poder Judicial, al que acusó de «imperfecto», y contra el Gobierno, que -aseguró- «apoya esas imperfecciones».

«Analicemos cómo funciona la Justicia en nuestro país: hoy tenemos presos políticos, especialmente de un determinado grupo; persecusión porque se dice una palabra contra el Presidente; un chico tuitea algo y va a la cárcel», cuestionó.

En este sentido, la dirigente de derechos humanos consideró que el Ejecutivo Nacional «fomenta» la «política de enviar a los genocidas a sus casas».

«Esta sensación de indefensión que padecen nietas y nietos restituidos se reitera cada vez que quienes cometieron el delito de apropiarlos, secuestrarlos y asesinar a sus padres cuentan con el beneficio de volver a sus casas sin haber completado sus condenas en la cárcel», agregó la referente de los derechos humanos al leer el comunicado que preparó Abuelas para esta ocasión.

Finalmente, Carlotto detalló que aún no se comunicaron con el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, ni con ningún representante del Gobierno por este tema, aunque aclaró que se reuniría con Mauricio Macri, pero que «es él el que no llama».

«El Presidente está rodeado de tres personas que se dedican a pasear y, además, está con el fútbol. Está bien, es un deporte muy sano, muy interesante, pero él preside un país y hay que tener capacidad para eso», cerró.