Este lunes, diversas organizaciones feministas dijeron presente frente a los Tribunales Provinciales de Rosario, junto a Fabio Paéz, padre de Chiara, la adolescente de 14 años asesinada a golpes, en el año 2015, en la ciudad de Rufino, por su novio de 16. Al momento del crimen la joven cursaba un embarazo de dos meses. La razón de la convocatoria fue que la Cámara Penal de Rosario debatirá una probable reducción de la condena al joven responsable el femicidio.

Manuel Mansilla fue sentenciado en septiembre pasado, por la Justicia de Venado Tuerto, a 21 años y medio de prisión homicidio agravado por femicidio, y «del que fuera encontrado autor materialmente responsable». El juez de menores Javier Prado, responsable de dictar dicha sentencia calificó al crimen de «espeluznante» y tuvo en cuenta que «el joven no mostró ningún arrepentimiento». La pena fue apelada tanto por la Defensa como por la Fiscalía. Por su parte la Acusación había pedido prisión perpetua y el agravante por el vínculo, lo cual fue rechazado en su momento. En tanto, los defensores, solicitaron una revisión de la condena, atentos a las recomendaciones de los organismos internacionales de Derechos Humanos para los menores de 18 años.

El Tribunal de Apelación se conformó con  los camaristas José Luis Mascali y Alfredo  Ibaldi Artacho y presidido por la jueza Carolina Hernández y, desde las 10 de este lunes, escucharon la exposición de las partes para brindar su fallo en los próximos 20 días. La audiencia se realizó en Rosario porque los tres camaristas de Venado Tuerto ya intervinieron en distintas etapas del mismo proceso.

«Que el asesino pague con la condena máxima»

Tras la audiencia,  los papás de Chiara dialogaron con Conclusión y  reclamaron que se evite un retroceso dentro de la causa. «La audiencia fue escuchar derechos, como digo siempre, derechos de los criminales y hablan de derechos humanos pero se olvidan del derecho fundamental, que es el derecho a la vida, y Chiara ya lo perdió», manifestó Verónica Camargo, madre de adolescente. Y agregó: «Después de alegar que le bajen la pena porque quiere estudiar, porque se porta bien… no es así, porque cometió un delito horroroso y no muestra señal de arrepentimiento».

Asimismo, Fabio Paéz remarcó que «aunque nada los va a conformar», al menos esperan que «el asesino pague como tenga que pagar, que es lo máximo que se le ha podido dar, 21 años y medio». «La única condena perpetua es que Chiara no está. Pero tenemos fe y ahora dependemos del criterio de los camaristas que esperamos sea razonable», remarcó.

Por su parte, Marina Boldrini de Multisectorial de Mujeres de Rosario señaló a Conclusión que «necesitamos justicia para nuestras víctimas, y políticas públicas para mantenernos vivas. Venimos no solo a pedir justicia sino también a abrazar a la familia, a contenerla».

Chiara Paéz se convirtió en un símbolo, a nivel nacional e internacional, cuando a partir de su femicidio, se convocó a la primera y masiva movilización #NiUnaMenos que se reedita cada 3 de junio desde el 2015.

El crimen

Chira y Manuel comenzaron su noviazgo en el 2014, pero tan sólo unos meses después la relación llegó a su fin. Sin embargo, el vínculo entre ellos no se cortó definitivamente y siguieron viéndose cada tanto. El 9 de mayo de 2015, sólo dos días después del cumpleaños número 14 de Chiara, la joven salió con unas amigas. Sin embargo, cerca de la medianoche, fue a encontrarse con su ex novio y prometió volver a la 1.30 de la madrugada. Sin embargo, nunca pudo cumplir su promesa.

Según lo investigado, Chiara fue a la casa del joven y allí, en un galpón dentro de la vivienda,  fue atacada por Mansilla. La reconstrucción realizada durante el juicio dio cuenta de que si bien ambos habían acordado interrumpir el embarazo, esa noche ella insinuó un cambio de opinión. Según determinó el juez Adrián Godoy durante el juicio, el joven primero la habría agredido con un cuchillo y luego le golpeo repetidamente la cabeza contra el piso y la mesa de trabajo que había en el galpón.

La joven fue enterrada en el patio de la casa de sus abuelos y trató de mostrarse preocupado y participar de la búsqueda que se había desatado en Rufino. El magistrado señaló además que Mansilla realizó varias acciones a fin de ocultar lo ocurrido, de lo cual se desprende que comprendía la criminalidad de sus actos y tuvo dominio del hecho.