El 3 de mayo de 2017, María de los Ángeles Paris, una docente y bibliotecaria de 45 años entró a la comisaría 10ª, presuntamente, para hacer una denuncia. Horas después, su cuerpo sin vida era retirado de la seccional por una ambulancia del Sies. La versión oficial que se difundió a pocas horas del hecho señalaba que María de los Ángeles había tenido un brote psicótico y había consumido sustancias que la alteraron y le provocaron la muerte. Tras una dura investigación, que sólo prosperó porque la familia no se dio por vencida, pudo establecerse que el cuerpo de la mujer presentaba signos de violencia, que había estado esposada y que habría sufrido lesiones que le ocasionaron la muerte.

Este lunes, al cumplirse el cuarto aniversario del inexplicable final de María de los Ángeles, sus familiares volvieron a las puertas de Tribunales para pedir celeridad en los trámites judiciales y que la causa, en la cual hay cinco efectivos de la policía de Santa Fe imputados, sea elevada a juicio.

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En diálogo con Conclusión, su hija, Érika Salazar,  se lamentó porque los » cinco policías que le quitaron la vida siguen libres y ocupando sus cargos». «Estamos a la espera de la audiencia preliminar, para que se eleve la causa a juicio. Hoy, en un nuevo aniversario, seguimos pidiendo justicia y celeridad en la causa».

Érika remarcó que los cuatro años que lleva la investigación estuvieron llenos de «trabas y demoras por parte de la Justicia». «Si no hubiera sido por nosotros, por la familia, la investigación hubiera quedado en la nada, porque en la primera autopsia dijeron que se trataba de muerte natural» rememoró la joven. «Tuve que ver las fotos del cuerpo de mi mamá todo golpeado…le pudimos hacer una segunda autopsia y en esa ocasión se responsabilizó a los cinco policías que estuvieron esa noche en la comisaría 10ª», agregó.

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En cuanto a las demoras y fallas a las que aludió, la joven recordó que pasaron cosas tan insólitas como que se pierda la ropa de la víctima, que hasta el día de hoy no apareció, o que desaparecieran las filmaciones de las cámaras de la comisaría 10ª. «Lo único que se pudo rescatar es el celular del comisario donde admite que le dio puños en la boca y en la panza a mi mamá».

«Vamos a seguir luchando, como sé que lo hubiese hecho ella», aseguró Érika «Siempre recuerdo que los testigos de esa noche dijeron que ella gritaba mi nombre. A mi me toca hoy gritar el de ella y por eso sigo pidiendo justicia por María de los Angeles»