Ciro Pertossi (22), uno de los ocho rugbiers juzgados en los Tribunales de Dolores por el crimen de Fernando Báez Sosa, cometido el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell, rompió el silencio en la mañana de este martes para declarar que él no le dio una patada a la víctima y que «se frenó» cuando la vio tirado en el piso en la puerta del boliche «Le Brique».

El mayor de los dos hermanos Pertossi -el otro es Luciano (21)- pidió la palabra en momentos en que se reproducía en la sala de audiencias un video de la madrugada del ataque: «Este chico soy yo y quisiera aclarar que esa patada no la doy y que cuando me doy cuenta que el chico está en el piso me freno antes», dijo señalando con un puntero su imagen en la pantalla.

En su breve exposición, el imputado también se refirió al audio que tras el ataque les envió a sus amigos a través del grupo de WhatsApp «Los Boca3», en el que se lo escucha decir: «Chicos, no se cuenta nada de esto a nadie».

«Quiero aclarar que cuando yo estaba viendo el teléfono, uno de los chicos dice que ya hay agite en Zárate, que nos habíamos peleado. Yo no quería que mis padres se enteren que nos habíamos peleado», señaló ante los jueces.

Luego, el imputado se negó a responder preguntas por parte de la fiscalía y de los abogados del particular damnificado.

La presidenta del Tribunal Oral Criminal 1, María Claudia Castro, le preguntó si había alguna cuestión sobre la que estuviera dispuesto a responder preguntas, a lo que Pertossi dijo que no, por lo que se dio por terminada su exposición.

Ciro Pertossi es el tercer imputado que pidió declarar ante los jueces luego de que lo hiciera la semana pasada su hermano, Luciano Pertossi (21), y este lunes Máximo Thomsen (23).

Tras su breve intervención, declaró como testigo el ingeniero informático especializado en análisis digital forense Pablo Rodríguez Romeo, convocado por la defensa, quien cuestionó las actuaciones en las que fueron secuestrados los teléfonos celulares de los acusados, ya que «la cadena de custodia fue rota desde el inicio».

También se refirió a presuntas irregularidades cometidas al momento de la extracción de datos realizada por Policía Federal Argentina, porque «no cumplió los protocolos», al tiempo que aseguró que «de los teléfonos se eliminaron mensajes después del secuestro».

La palabra de los padres de los rugbiers

El padre de Ciro y Luciano Pertossi, dos de los acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa, dijo este martes que sus hijos «no son asesinos» y que lo que pasó es «tremendo» y «una desgracia», al declarar como testigo en el juicio que se lleva adelante en los Tribunales de Dolores a los ocho rugbiers imputados por el asesinato.

«Uno cree que las cosas están encaminadas en la vida y llega esto, y no sé qué pensar. Mis hijos no son asesinos, son chicos, son adolescentes, no puedo creer de lo que se está acusando», expuso Mauro Pertossi frente al Tribunal Oral Criminal 1 de Dolores.

El hombre, que fue convocado a dar testimonio por la defensa de los rugbiers, a cargo de Hugo Tomei, contó que ahora tiene «otros problemas» aparte de la situación que vive con sus hijos, ya que debido a ello no consigue trabajo y fue desvinculado de la empresa en la que trabajaba desde hacía 25 años: «El sostén de mi familia es mi esposa, he recibido amenazas telefónicas», afirmó.

Por su parte, Eduardo Benicelli, papá de Matías, expresó que siente «mucho dolor, angustia» y que «nunca» imaginó «pasar por una situación así».

«Estamos acosados, no podemos salir a la vereda. Escucho como insultan mediáticamente a mi esposa (…) No encuentro explicación. Mi trabajo se vino para abajo. No encuentro una palabra justa para poder definirlo. Fueron tres años de mucho dolor», agregó el testigo, quien incluso cuestionó a quienes escuchó decir que quiere que a su hijo le hagan daño en la cárcel.

«No quiero decir que lo que pasó no fue terrible, es terrible lo que pasó, un dolor terrible para todos, terrible», agregó.

Tras declarar, tanto Mauro Pertossi como Eduardo Benicelli pidieron permanecer en la sala y a ninguno de los dos les formularon preguntas ni la fiscalía ni el particular damnificado.

Finalmente, declaró la mamá de Enzo Comelli, María Alejandra Guillén, quien se dirigió directamente al abogado de los padres de la víctima, Fernando Burlando, y dijo: «Quería decirle al señor Burlando que yo no soy ninguna puta. Hace tres años que esperé este momento, yo necesito decirlo».

Sobre su hijo, contó que «trabajaba en un boliche y con eso se pagó sus vacaciones» y agregó que lo ocurrido les «cambió la vida a todos».

«Mi vida cambió ese día. Es tremendo», concluyó.

El análisis de Burlando

Por su parte, Burlando, aseguró este martes que «esperaba una actitud más inteligente» de los padres que declararon como testigos, y consideró que «jamás tuvieron una cuota de amor al prójimo o condolencias para la familia» de la víctima.

«Me llamo la atención que solo vinieron a hablar de ellos. Que tienen problemas en el almacén, que tiene problemas con los medios, con Burlando, parece una cosa menor en toda esta tragedia», aseguró a Télam el abogado de los padres de la víctima con relación a las declaraciones testimoniales de Marcos Pertossi, padre de Ciro y Luciano; Eduardo Benicelli, padre de Matías; y María Alejandra Gullen, madre de Enzo Comelli.

«Después de lo que escuché me doy cuenta por qué estos pibes son así. Jamás tuvieron una cuota de amor al prójimo o condolencia para la familia», indicó el letrado.

Burlando aseguró que esperaba «una actitud más inteligente» por parte de los testigos propuestos por la defensa de los acusados, liderada por Hugo Tomei.

«Esperaba una actitud mucho más inteligente. Es un proceso que la inteligencia es la clave, tenemos que mostrar inteligencia y no la veo en ninguno de los que pasaron», completó.

Estos testimonios estaban pautados inicialmente para mañana miércoles pero fueron adelantados por pedido de la defensa y, en ese cambio, fue desistido el de Ana María Tártara, madre de Lucas Pertossi (23), que sería así el único imputado del que no declarará ningún familiar directo.

No aceptaron pericias psicológicas

Durante esta audiencia también declaró Agustín Costa Shaw, un psicólogo clínico que intervino en la investigación penal suplementaria y que fue ofrecido en marzo de 2022 por la defensa, a cargo de Hugo Tomei como testigo de parte en una pericia psicológica y psiquiátrica a la que finalmente los imputados no aceptaron someterse por falta de «confianza» en el proceso judicial.

Costa Shaw, psicólogo propuesto por la defensa de los rugbiers, indicó este martes que ninguno de los imputados por la muerte de Fernando Báez Sosa decidió participar de un peritaje psicológico por temor a que se filtre el contenido del mismo y otros por desconfianza del sistema judicial.

El testigo declaró en forma virtual en el juicio ante el Tribunal de Dolores y relató que trabajó junto a un grupo de cuatro profesionales.

Costa Shaw relató que vio a los involucrados en el crimen de Báez Sosa «nerviosos, como en una disyuntiva de querer hablar y no poder hacerlo», y agregó: «Muchos tenían temblores, básicamente Enzo Comelli«.

El profesional sostuvo que Máximo Thomsen «no paraba de llorar y hubo que contenerlo» al ser recibido.

«Él dice que no quiere realizar la pericia porque después se filtra todo, después quiere decir algo y se quiebra», relató Costa Shaw, que indicó que Thomsen se sentía culpable «por la salud de su madre».

«Lucas Pertossi, un poco más tenso, dijo que no tenía confianza en seguir porque son palabras de autoridades judiciales que los tratan como asesinos y que no tenía confianza», algo que repitió Ciro Pertossi.

Mientras que «Luciano Pertossi hizo mucho énfasis en que se iba a filtrar, le explicamos, pero hubo un momento que se fue». En tanto, Matías Benicelli y Blas Cinalli tampoco hablaron.

También está citado Andrés Santiago Martín, oficial subayudante que intervino en la desgrabación de un audio del efectivo Maximiliano Rosso Suárez, quien asistió a la víctima tras el ataque frente al boliche «Le Brique».

Declarará además María del Carmen Badaloni, jefa de la sección psicología de la Asesoría Pericial La Plata.