La noche del 6 de marzo de 2019, Gastón Abraham D., manejaba en peligrosa carera, a más de 120 kilómetros por hora, por Avenida San Martín. Al llegar a la intersección con Garibaldi,  impactó contra el lateral izquierdo de una camioneta Renault Kangoo, provocando la muerte instantánea de Fabián Cragnolino, tesorero de la comuna de Ibarlucea, que volvía a su casa al fin de una larga jornada laboral.

Este jueves por la mañana, bajo la mirada de los jueces María Isabel Mas Varela, Mariano Aliau y Rodolfo Zvala comenzará a ventilarse el juicio oral y público contra el joven conductor, que se enfrenta a los cargos de homicidio simple con dolo eventual y puede representar una pena de 12 años de prisión. 

Durante el debate se espera la declaracion de unos 60 testigos y la presentación de numerosas pruebas. La acusación está a cargo de la fiscal Valeria Piazza Iglesias que hizo un exahustivo trabajo de recaudación de eviencias, entre las que se cuentan las declaraciones de numerosos testigos del crimen y de vecinos y conocidos del imputado que afirman que el muchacho acostumbraba a correr picadas en esa zona y a filmarse mientras lo hacía.

Durante el desarrollo de la audiencia imputativa, que determinó que el joven esperara el juicio en prisión preventiva, la fiscal Valeria Piaza Iglesias detalló la mecánica del hecho, relatando que Gastón Abraham D. circulaba de norte a sur por Avenida San Martín a velocidad «inusitada» y en calle Garibaldi, sin accionar los frenos, impactó el en lateral izquierdo con la camioneta Reanul Kangoo, causando la «muerte instantánea» de Cragnolino.

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En su argumentación, la funcionaria judicial enfatizó que dicho resultado se representaba como una «posibilidad seria». «Conducía a las 22.45 a una velocidad despiadadamente rápida en una avenida que a esa hora es muy transitada» señaló la fiscal, haciendo hincapié en que el imputado no frenó en ningún momento al cruzar la intersección. Piazza Iglesias también remarcó que esa es una conducta habitual de Gastón D. que habitualmente «hace pruebas de velocidad por Avenida San Martín» y que «tuvo la intencionalidad de jugar con la vida propia y la de terceros». «No hubo maniobra de evitación, no hubo frenos, no hubo esquive», enumeró la fiscal. Y basándose en el antecedente previo de Juan Carlos Schmidt (causa en la que ella misma ejerció de acusadora), calificó el hecho como homicidio simple con dolo eventual en calidad de autor.

La evidencia

En la audiencia imputativa, realizada el 11 de marzo de 2019, la fiscal Valeria Piazza Iglesias presentó evidencias contundentes para respaldar la calificación legal pretendida. Entre ellas, videos a algunas de las cámaras de seguridad de la zona, y videos y testimonios de los testigos presenciales del siniestro.

Uno de los testimonios que destacó Piazza Iglesias fue el de un enfermero que estaba en la esquina de Garibaldi y San Martín cuando ocurrió el desgraciado episodio.

«El testigo manifestó que de repente se le cruzó una moto a gran velocidad por San Martín, dirección norte sur, y al lado de la moto cruza a más de 120 kilometros por hora el Ford Focus». Según ese relato, el testigo vio como el auto levantó la camioneta por el aire, que después hizo un trompo, arrastrándola más de 30 metros. El enfermero se acercó, le sacó el cinturón de seguridad y le practicó maniobras de resucitación durante 7 minutos, pero la víctima ya había fallecido.

Además, Piazza Iglesias se refirió también a la cámara de seguridad del bar Friends, ubicado en Centeno y Garibaldi y a una testigo que estaba tomando un café con su hermano afuera, sobre la avenida, quien relató que en una fracción de segundo vio pasar al automovil, como «volando», y luego escuchó el estruendo».

La fiscal remarcó que no había huellas de frenada y sí de arrastre,  y también presentó las pericias mecánicas que certifican que el impacto sobre la Kangoo fue de de gran violencia.

Además, Piazza Iglesias se refirió al video que se hizo viral luego del siniestro, en el cual el imputado realiza pruebas de velocidad en Avenida San Martín. «Este video es de vital importancia porque marca la habitualidad en la conducta del imputado. Este video evidencia que no fue un hecho aislado y que venía manteniendo este tipo de conductas. Allí puede verse como se filma en forma totalmente desaprensiva a la vida y la salud de las personas y como va conduciendo con una sola mano y con la otra mano filmándose, mirando hacia el costado a una velocidad increíble y diciendo ‘hoy pruebo la cupecita, voy a 160, a 180… cuando lo vea mi familia como se van a poner».