Un gran despliegue de seguridad montado en las afueras  y una sala atiborrada de público, políticos y periodistas son las características que tiene en este momento el Tribunal Oral Federal 1 de Jujuy, donde se dará a conocer el veredicto del juicio contra la líder de la Tupac Amaru, Milagro Sala, y otros dos integrantes de la Red de Organizaciones Sociales, Graciela López y Ramón Gutiérrez, imputados por el escrache al gobernador Gerardo Morales en 2009, cuando era senador nacional.

El presidente del Tribunal comenzó su discurso a las 16, como estaba previsto y a posteriori,  la defensa hizo los planteos de prescripción de los cargos de amenazas coactivas y daños, agravios que la Fiscalía rechazó, y sobre los que deberá decidir el tribunal una vez que se reinicie la audiencia.

La querella de la causa por el escrache al actual gobernador jujeño pidió ocho años de prisión y la fiscalía, tres.

Antes de pasar a un cuarto intermedio de dos horas, el presidente del tribunal les concedió la palabra a los tres acusados, para que expresen sus pareceres por última vez.

En primer lugar, habló Graciela López, quien agradeció al Tribunal por la posibilidad de expresarse.

«Voy a ser muy breve, sólo quiero decir que en este juicio quedó muy claro y se puso en evidencia el revanchismo de clase y el revanchismo político hacia las organizaciones sociales», expresó López. «Quienes hoy nos traen al banquillo es un sector político que ha sido responsable de la crisis del 2001. Hoy se criminaliza la protesta, en una Argentina en la que costó mucha sangre recuperar los derechos y la democracia. Esto es Jujuy, ésta es la provincia que hace cuarenta años que espera respuesta por juicios de Lesa Humanidad. Y hoy estamos acá, esperando que nos dicten sentencia por luchadores, mientra Pedro Carlos Blaquier aún está libre», finalizó la militante de la Túpac.

A su turno, la líder de la organización, Milagro Sala, manifestó que «lo que siempre quise, es que mis compañeros de las organizaciones sociales puedan estudiar y ser alguieen la vida». 

Sala expresó sentir mucho dolor «por esta injusticia». y remarcó: «No hemos robado nada, hemos trabajado, hemos recuperado jóvenes de la droga y la prostitución, hemos dignificado… construimos piletas para que tengan una como cualquier hijo de rico, y creo que ese ha sido nuestro pecado, tratar de dignificar a los que menos tienen. Lo que queríamos era más igualdad en un país tan rico».

Para finalizar, la líder de la cuestionada organización, se dirigió a los jueces: «Les pido, señores jueces, que no se dejen apretar por el poder político, dicten lo justo».