Una mujer de 70 años recibirá una indemnización de $8 millones de pesos tras una demanda a su ex marido, al haber realizado tareas domésticas durante los casi 30 años que duró la convivencia entre ambos, teniendo que sacrificar su carrera profesional mientras que el hombre se garantizaba la base de un bienestar económico.

En efecto, esa división de roles, en los que se basa la “familia tradicional” (el hombre trabaja y la mujer cuida a los hijos y hace las tareas del hogar) terminó generando que, a raíz de la separación entre ambos en 2009 (divorcio consumado en 2011), la mujer, identificada como M. L., atraviese serios problemas económicos mientras que el hombre, identificado como D. L., podía continuar llevando una buena vida.

Este fallo emitido por la Cámara Civil y publicado por la jueza Victoria Famá, del Juzgado Nacional en lo Civil Nº 92, marca un antecedente fundamental en lo que refiere a la perspectiva de género en la justicia, ya que la cifra de compensación es inédita en casos de este tipo.

Para llegar a esa conclusión, la jueza consideró que «la dependencia económica de las esposas frente a sus maridos es uno de los mecanismos centrales mediante los cuales se subordina a las mujeres en la sociedad. (…) En la mayoría de las familias las mujeres todavía asumen principalmente la carga de las tareas domésticas y el cuidado de los hijos, aun cuando desempeñan alguna actividad externa», según el fallo publicado por ElDial.com.

Asímismo, también se tuvo en cuenta la edad de la mujer como otro factor: «Luego de 27 años de matrimonio el accionado la abandonó cumplidos sus 60 años, edad en la que las mujeres obtienen el beneficio jubilatorio, viéndose privada de ingresar al mercado laboral».

Finalmente, sobre el monto de la compensación, la jueza entendió que es «razonable a fin de reequilibrar la situación económica dispar de los cónyuges resultante del matrimonio y su ruptura» y que se llegó a ese número tras considerarse «las circunstancias personales y la situación patrimonial de las partes», habiendo la mujer graduádose como licenciada en Química, título del que tuvo que resignar su carrera profesional para ocuparse de esa tarea del hogar.