El juicio oral y público que conmovió no sólo a la ciudad sino a todo el país, que sentó en el banquillo a los supuestos integrantes de la banda que supo reinar en Las Flores y Granada, entra en la cuenta regresiva. Varios meses, cientos de horas de audiencia y más de 200 testigos después de que comenzara el proceso, los fiscales darán este lunes, a partir de las 9, el primer paso del cierre con los alegatos finales.

Al inicio del proceso, la Acusación dejó en claro su postura y pidió 41 años para Ramón Ezequiel Machuca, conocido como Monchi Cantero, y 24 para Ariel Máximo Cantero, alias el “Guille”.

Si bien aún se desconoce como se planteará la dinámica, es decir, si los alegatos de la Fiscalía se harán en una sola etapa, abarcando la asociación ilícita, por la cual están siendo juzgados 25 imputados y los cinco homicidios (Lourdes Canteros, Diego Demarre y Marcelo y Nahuel Alomar y Norma César) por los cuales se juzgan a seis de ellos, o si primero se escucharán los argumentos de ambas partes por la asociación ilícita y luego por los homicidios.

Sentido de pertenencia

Durante los meses que duró el juicio la Fiscalía se esforzó por demostrar que la llamada Banda de Los Monos funcionaba como una asociación ilícita, es decir, como una organización que cometía delitos de todo tipo con el único objetivo de obtener beneficios económicos. Esos delitos, según la teoría fiscal, incluían venta de estupefacientes, venta de protección a otras personas o bandas a las que previamente les provocaban perjuicios, homicidios, y todo tipo de violencias orientadas a obtener beneficios económicos. Tal como lo planteó la fiscalía en su alegatos de apertura, era una organización en la cual había «roles asignados» y cada uno conocía y ejercía bien el suyo. «Todos conocían los delitos y tenía un sentido de pertenencia», remarcó en aquel entonces Gonazalo Fernández Bussy, al señalar que algunos apretaban el gatillo, otros limpiaban rastros y otros lavaban dinero.

En ese contexto, según la teoría fiscal, se produjeron los homicidios. El primero en ser analizado fue el de Lourdes Cantero, una nena de 14 años asesinada en barrio La Carne en 2013. Según sostuvo la Fiscalía, la muerte de Lourdes se produjo cuando la banda baleó un supuesto búnker de venta de estupefacientes que consideraban competencia. Según el fiscal Luis Schiappa Pietra la orden de dicho tiroteo la habría dado «Monchi Cantero», el supuesto instigador.

En tanto el crimen de Diego «Tarta» Demarre habría sido la retaliación por el homicidio de Claudio Cantero. Demarre era el dueño del boliche Infinty Night, frente al cual fue asesinado el «Pájaro».  También los crímenes de Norma y Nahuel César y Marcelo Alomar se habrían dado en el marco de la venganza. El fiscal Schiappa Pietra seguramente afirmará hoy que fue probado que Ariel Máximo Cantero, habría sido el autor de los disparos que acabaron con la vida de Demarre y que Andrés «Gitano» Fernández manejaba el vehículo desde el que disparó el «Guille». Y también dará por probado que Leandro Vilches y Emanuel Chamorro señalaron la ubicación de las víctimas del triple crimen ocurrido en Francia y Acevedo. Y que, según balística, el arma usada fue la misma que mató a Demarre.