Este lunes comenzó un juicio largamente esperado. A siete años de la desaparición de Franco Casco y cuatro y medio de la detención de los presuntos responsables, finalmente la causa inicia su etapa final.

Se trata de una causa que marcó a la ciudad de Rosario y que aún hoy, genera grandes controversias: la desaparición y muerte de Franco Casco. En el banquillo se sientan 19 policías, señalados como los responsables de haber detenido, torturado y dado muerte al joven en octubre del 2014.

Mientras los efectivos detenidos y sus allegados claman a viva voz que son inocentes, los familiares de Franco Casco y la querella no dudan de la culpabilidad de todos los acusados.

Hugo Álvarez, hermano de Diego Álvarez, que revistaba como jefe de la seccional 7ª cuando el joven fue detenido, habló con Conclusión antes del comienzo de la audiencia y remarcó que se trata de un juicio muy importante porque «no se juega solo la desaparición de Franco Casco sino que se juega la visibilidad un sistema que mastica a gente inocente y escupe a los culpables».

«Es un juicio muy importante que llevamos 7 años esperando. Le pedimos a toda la sociedad que esté presente porque se juega algo igual de importante que la desaparición de Franco Casco, y toda la prueba objetiva que se va a rendir en este debate va a demostrar que detrás de esa lamentable muerte de  hay una causa armada».

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Álvarez señaló que llevan siete años de una lucha muy desigual, porque «no sólo estamos frente a la Fiscalía Federal, sino también frente a la defensoría y al secretaría de Derechos Humanos».

Hugo Álvarez, hermano de uno de los acusados

«Nos parece realmente preocupante, porque el órgano que los tiene que acusar es la Fiscalía, pero el órgano que lo tiene que defender los acusa, y el órgano que tiene que velar para que no se den prisiones preventivas excesivas, como las que vienen sufriendo  los acusados, también los acusa. Si todo estuviera tan claro, que estos policías son los responsables por la muerte de Franco Casco, ¿por qué ponen tanta gente a acusarlos?», interpeló.

En ese sentido afirmó que hay un entramado culpabilizador en el cual se construye desde lo simbólico, lo cultural, lo mediático y lo social, y a su vez, se judicializa. «Eso es lo que pasó acá. Por eso estamos acá, sabemos que ellos son inocentes. Nadie se embarcaría en una lucha como esta, continua,  y dejaría su vida de lado si sus familiares fueran culpables de un delito tan aberrante», reclamó el hermano del ex jefe al mismo tiempo que recordó que en la autopsia quedó demostrado que el fallecimiento se produjo 48 horas después de la detención.

«Todo lo que pasó después es que se tejió una historia y esa historia tiene que ver con el mecanismo de la culpabilidad y la venganza que se baja desde los organismos militantes, desde ahí pasa a lo mediático y de los mediático, pasa a una construcción social que se instala y luego se judicializa. Nuestros familiares son inocentes y nosotros tuvimos que luchar muy fuerte para que nos prestaran el derecho que a otros les regalan que es el de ser oídos».

En tanto, a pocos metros de los familiares de los policías, los organismos de Derechos Humanos y otras organizaciones sociales y  políticas rodearon a Ramón Casco y los abogados que llevan adelante la querella. El padre de Franco se mostró muy conmovido con el inicio del juicio.

«Después de esta larga lucha de siete años, lo que queremos es Justicia, porque fue una desaparición forzada. Estamos convencidos de la culpabilidad de las personas que están detenidas, se tiene que hacer justicia y los responsables tienen que pagar, dijo en diálogo con este medio. «Fue un camino doloroso para todos los familiares, incluso perdimos a Elsa, a la mamá de Franco, que sufrió tanto que falleció… hemos sufrido mucho».

 

Esperado juicio

Las audiencias se realizarán en distintas modalidades, tanto presencial como virtual los días 6, 16 y 28 de diciembre; luego de la feria judicial de enero las mismas se retomarán los días 8 y 9 de febrero de 2022, y todos los jueves y viernes posteriores hasta la finalización del juicio.

Son juzgados 19 policías por los delitos de desaparición forzada de personas agravado por la muerte de la víctima, imposición de torturas seguida de muerte a personas, legítima o ilegítimamente privadas de su libertad, entre los cuales se encuentran el ex jefe de la seccional 7ª Diego Alvarez, junto a los efectivos Cecilia Ruth Elisabet Contino, Walter Eduardo Benítez y Fernando Sebastián Blanco, en calidad de autores.

Por su parte, César Daniel Acosta, Guillermo Hernán Gysel, Cintia Débora Greiner, Rocío Guadalupe Hernández, Marcelo Alberto Guerrero, Enrique Nicolás Gianola Rocha serán sometidos a proceso como coautores del delito de desaparición forzada de personas agravado por la muerte de la víctima.

En el caso de Franco Luciano Zorzoli, Rodolfo Jesús Murúa, Romina Anahí Díaz, Elisabeth González Belkis, Walter Daniel Ortiz y Ramón José Juárez, son acusados como partícipes secundarios.

 

Guillermo Campana, abogado de la familia de Franco Casco, en diálogo con Conclusión remarcó que «esto fue un proceso de mucho trabajo y lucha de las organizaciones presentes. Lo que sucedió con Franco fue una privación ilegal de la libertad y desaparición forzada, tormentos, torturas, que terminaron con su muerte y el intento por ocultarlo arrojándolo al río Paraná».

Lo que sucedió con Franco fue una privación ilegal de la libertad y desaparición forzada, tormentos, torturas, que terminaron con su muerte

Rodrigo Mazzuchini, abogado defensor, por su parte, manifestó: «Aquí no existió delito, no fue torturado ni secuestrado. Tenemos un caso de inexistencia de delito. No lo mató la policía, ni mi primo Diego Álvarez. No existe prueba científica de que lo hayan matado, sí existen pruebas de que murió ahogado. Pidió no dejarse llevar por la pasión porque la prueba científica es contundente».

Sobre los testigos que aseguraron que Casco fue torturado en la comisaría, el abogado indicó: «Hubo 33 personas detenidas en la comisaría ese día, después de la quinta declaración involucraron a algún personal de la comisaría, y hechas sin control de la defensa, de las que solamente tres mencionan nombres».

Aquí no existió delito, no fue torturado ni secuestrado

«La autopsia es clara en el sentido que no muestra señales de tortura, dicen causa de muerte «indeterminada». No le encontraron ni un solo hueso roto», dijo el letrado. «Cuando lo detienen se trenzó en una lucha y tenía un labio roto. Tenemos una foto tomada el 7 de octubre a las 16 horas», cerró.

En esta causa conviven dos versiones contrapuestas de los hechos. Mientras que la querella afirma que a Franco Casco lo detuvieron el 6 de octubre, los acusados sostienen y así consta en el acta de procedimiento, que fue detenido a las 13.15 del 7 de octubre y liberado a las 22.05 del mismo día. La querella sostiene que fue apresado en la estación de trenes Rosario Norte donde se había dirigido para volver a su ciudad de residencia, pero los efectivos lo detuvieron en Catamarca y Alsina. Entonces, ¿Dónde estuvo Franco en esa brecha de tiempo? ¿Sus familiares lo buscaron? ¿Hay testigos que acrediten la hipótesis de la estación de trenes? ¿Por qué el vecino que llamó para denunciar la presencia de personas merodeando el barrio fue luego procesado por falso testimonio? ¿Cómo se enteraron los padres de Franco Casco que había estado detenido en la comisaría 7ª? Todos estos interrogantes tal vez encuentren sus respuestas en el juicio que comenzó este lunes.

El tribunal está integrado por los jueces Otmar Paulicci, Eugenia Martinez, Ricardo Vázquez y Osvaldo Facciano, y la acusación estará a cargo del fiscal Oscar Fernando Arrigo.