El undécimo detenido por la muerte de Fernando Báez, Pablo Ventura, fue liberado anoche luego que la fiscal que entiende en la causa no pudiera establecer si el joven participó del ataque del grupo de rugbiers.

La defensa de Ventura presentó, según entiendo la fiscalía, las pruebas suficientes para demostrar que el joven no estuvo en Villa Gesell el día del asesinato de Báez, aunque se sigue investigado.

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Según trascendió, en las últimas horas la fiscalía buscó probar la presencia de Ventura en Villa Gesell a través de la filmación de un auto que partió de una zona cercana a la vivienda donde se hospedaba el grupo de rugbiers, pero las grabaciones de cámaras de peajes no lograron confirmar que se trataba el auto de la familia Ventura.

En las mismas aparece un vehículo que coincide con el modelo que maneja el padre del remero, José María, pero en ningún momento pudo confirmarse que el vehículo haya pasado por los peajes que conectan la ciudad costera con Zárate.

También se comprobó que en el contrato de alquiler de la casa donde detuvieron a los diez deportistas figuraban los nombres de todos ellos menos el de Ventura.

Otra prueba determinante fue el video con el que la familia de Ventura aseguró que el joven había cenado con ellos en Zárate la noche previa al asesinato de Fernando.

El padre de Ventura se refirió al sufrimiento que sintió a raíz de la detención del joven. «Como papá viví estos días totalmente destrozado. He llorado tanto y he estado tan mal que me di cuenta de que tengo que estar totalmente frío hasta que lo liberen», aseguró.

Finalmente, dijo sentirse «confiadísimo» de que la decisión de la Justicia iba a ser la de liberarlo, ya que, reiteró, su hijo «nunca estuvo en Villa Gesell».