El 25 de febrero de 2020, por la tarde, el cuerpo de Carlos «Bocacha» Orellano fue encontrado flotando en el río Paraná, a la altura de la Estación Fluvial. Llevaba varias horas desaparecido, desde la madrugada del 24, cuando fue visto por última vez en el boliche Ming River House. Tras decenas de desprolijidades de todo tipo en la investigación, se pudo determinar que Carlos había sido sacado violentamente del boliche por patovicas y que policías que cumplían adicionales habrían participado del hecho. Hasta el momento, la causa tiene a cuatro personas imputadas, todos policías, por los delitos, falsedad ideológica e incumplimiento de los deberes de funcionario público. Sin embargo, por el crimen en sí y por su encubrimiento, aún no hay responsables imputados.

Esta semana, sin embargo, nuevas pruebas llegaron a manos de la querella que cree que ahora están todos los elementos necesarios para que se amplíen las imputaciones de forma urgente. Y, en esa misma línea se sitúa la Comisión de Seguimiento de la investigación del caso de la Cámara de Diputados de Santa Fe, que fue creada en junio de 2020 y que preside la diputada Matilde Bruera.

Las pruebas en cuestión son algunos de los informes complementarios de la autopsia, realizados por el Cuerpo Médico de la Corte Suprema de la Nación, y que, según detalló la diputada en conferencia de prensa, «tienen conclusiones muy importantes para avalar la investigación con hipótesis de un homicidio doloso».

Fundamentalmente, dichos informes revelan «que se detectaron lesiones vitales, quiere decir que fueron producidas en vida, lo cual coincide con lo que nos había adelantado la perito de partes, Virginia Creimer», explicó Bruera. «También hay lesiones compatibles con la asfixia ante-braqueal, que es una metodología que suelen usar las fuerzas de seguridad que es una compresión externa producida por el brazo, tiene golpes con lo que aparentemente sería una barra y tiene otro tipo de lesiones, y además, tiene un edema de pulmón y ruptura de las paredes alveolares, estos son signos de asfixia. O sea tenemos golpes vitales, asfixia y hay otro dato también que es importante que es que no se detectaron en el cuerpo ni rastros de alcohol ni de otra sustancia tóxica.

Según detalló la legisladora, desde su formación, la Comisión siguió toda la investigación fiscal, entrevistó a la familia, al abogado querellante, Salvador Vera, a los peritos de parte y a la especialista Virgina Creimer y a un testigo, sobreviviente de un hecho similar. «Hemos hecho nuestra investigación y creemos que,  si bien faltan dos análisis, hay evidencia suficiente para empezar a investigar un homicidio doloso». Bruera también recordó los antecedentes de casos de características similares, como el de Franco Casco y Gerardo Escobar, y apuntó que eso refuerza la necesidad de avanzar con la investigación y las imputaciones.

De todos modos, la funcionaria remarcó: «Es nuestra opinión, no somos la Justicia y no somos fiscales». «Somos dos poderes distintos, puede ser que el fiscal considere que hay que seguir esperando otros estudios, pero nuestra opinión es que se está en condiciones de realizar imputaciones por un homicidio doloso».

La diputada también subrayó que hay una obligación de todos los poderes del Estado de «hacer un esfuerzo para que se esclarezcan los hechos de violencia institucional». Y enfatizó que en esta investigación en particular hubo muchas irregularidades. «Por eso hay cuatro policías imputados. Intervino la Unidad de Homicidios culposos y no dolosos, no se resguardó la escena, el boliche permaneció abierto… Son hechos graves y es una de las deficiencias graves que tiene la investigación».

Raros mensajes

En la conferencia de prensa también estuvo presente Edgardo Orellano, papá de «Bocacha», quien se mostró conforme con el accionar de la Comisión de Seguimiento pero que volvió a criticar el accionar de la Justicia durante la investigación y, en particular, del fiscal Patricio Saldutti.

Orellano reclamó que, a día de hoy, no está el resultado de los análisis de ADN y que la investigación avanzó en forma asombrosamente lenta.

En relación a ello, repitió lo dicho tantas otras veces, que las pruebas estuvieron desde el primer día en la Fiscalía, si alguien las hubiera buscado. «Nosotros hicimos nuestra propia investigación en casa con el material en bruto que nos pasó el fiscal y encontramos mensajes y audios. Sobre todo de Gillermo Wolfin, el dueño del boliche. Encontramos un audio en el que se escuchaba la voz de alguien, que creo que es el abogado y le dice ‘Guillote, creo que van a investigar el boliche, así que todo lo que tenés ahí sacalo ya en cajas de vino’. ¿Qué tiene que sacar en cajas de vino, oculto? se preguntó Orellano.

Otro de los mensajes que el padre de Carlos rememoró, es uno en el que, supuestamente, alguien le dice al dueño de Ming River House: ‘Guillote, si el pibe cayó afuera del boliche, te van a escrachar el boliche, pero si es el que metimos para adentro, estamos en problemas’. «¿A que se refiere con el pibe que metieron para adentro? Esos audios están ahí, y sin embargo, en las actas, dicen que no pudieron abrir el teléfono y que no pudieron sacar datos. ¿Y como nosotros lo encontramos?, volvió a interrogarse el hombre.

Orellano afirmó además que «hay gente que tiene que estar imputada y presa, porque son asesinos, y están en libertad porque el fiscal está de vacaciones…Hace 10 meses que está de vacaciones creo yo».