El ex juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Eugenio Zaffaroni, dijo hoy que las drogas «son un problema de salud» que «no se resuelve en el ámbito penal», y aseguró que el «tóxico criminógeno por excelencia es el alcohol».

«Cuando a un problema se lo quita de su ámbito natural, no se lo resuelve, y el ámbito penal es siempre artificial», dijo el actual juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y agregó que «los tóxicos son y van a seguir siendo un problema de salud».

Zaffaroni encabezó, en el salón Atrio del Senado de la Nación, el panel «A 10 años del fallo Arriola» de la CSJN, que en agosto de 2009 declaró inconstitucional la represión de la tenencia de drogas para consumo personal.

«El fallo Arriola no tuvo el efecto que deseábamos», dijo el ex juez, y agregó que esto se debió, principalmente, a que el «control de constitucionalidad es débil» en Argentina, ya que «cada juez sostiene su posición mientras la ley se sigue aplicando».

Zaffaroni se refirió, en este caso, a la Ley de Estupefacientes 23.737, que en su artículo 14 establece penas por tenencia de drogas para uso personal que van desde un mes a seis años de prisión.
Como ex integrante de la CSJN, Zaffaroni fue uno de los firmantes de dicho fallo.

Efectos perniciosos

Al exponer hoy en el Senado, advirtió sobre los «efectos perniciosos que tiene la estigmatización sobre cualquier persona que debe pasar por un juzgado, que pueden generar una carrera criminal o, cuanto menos, una fuerte lesión en la autoestima».

Por último, Zaffaroni afirmó que «el tóxico criminógeno por excelencia es el alcohol, no las drogas», y argumentó: «En los 11 años que fui juez de la CSJN y me llegaron las causas penales más graves, vi muy pocas causas criminales donde los agentes estuvieran bajo el efecto de la cocaína, pero bajo el efecto del alcohol, todos los días».

En 2006 en la ciudad de Rosario

El caso Arriola ocurrió en Rosario en 2006, cuando ocho jóvenes de entre 18 y 20 años fueron detenidos por tenencia de marihuana en cantidades que sólo podían destinarse al consumo personal.

En 2006, Matilde Bruera era defensora en los tribunales federales de Rosario e intervino en la causa, por lo que acompañó hoy a Zaffaroni en el panel. «El debate sobre el fallo Arriola es también un debate sobre qué se puede prohibir y qué no, sobre la autodeterminación de la propia vida y, en definitiva, sobre la libertad«, dijo Bruera al iniciar su exposición.

Así, la ex defensora se refirió a la contradicción entre la Ley de Estupefacientes y el artículo 19 de la Constitucional, según el cual las acciones privadas que no afectan a terceros «están exentas de la autoridad de los magistrados».

Corrupción en los estratos del estado

Por otro lado, Bruera consideró que si «solo se persigue a los consumidores, se abandonan los abordajes en salud y no se persigue la economía delictiva del narcotráfico, que es también corrupción en los estratos del Estado.

«Concentrarse en los consumidores es más fácil porque resguarda la impunidad del narcotráfico, y sirve para mostrar un trabajo como si fuera combate contra el narco cuando, en realidad, es criminalización de niños y jóvenes, en su mayoría pobres», dijo Bruera.