Por Florencia Vizzi

El 13 de junio de pasado, Franco Coman acababa de llegar a su casa después de pasar varias horas tratando de vender en las calles medias y bolsas de residuos, actividad con la que se gana la vida y trata de mantener a sus cinco hijos. Ivana, su esposa, lo recibió en la puerta de la casa que comparten en el corazón de barrio La Cerámica, y le dio un mate. Estaban por entrar cuando dos patrulleros del Comando Radioeléctrico frenaron y les dijeron que se pongan contra el auto que los iban a revisar. Lo que siguió después se asemeja a una película de terror: llegaron más policías, los metieron a empujones dentro de la vivienda, los golpearon brutalmente por más de media hora delante de los cinco menores, una de las nenas también fue golpeada y zamarreada por un efectivo, y luego se llevaron a Franco detenido porque dijeron que le habían encontrado un arma.

Tras pasar cuatro meses preso, Franco fue puesto en libertad este martes tras una audiencia de Cámara en la que la jueza Gabriela Sansó consideró que la detención era dudosa  y unos seis policías están siendo investigados por los abusos cometidos y por falsificar las actas de procedimiento.

«Estábamos en la puerta de casa, yo vivo en Salvat al 2.5000 y me puse a cebarle unos mates», contó Ivana Rostro a Conclusión haciendo un alto en la protesta que llevaba a cabo frente a los Tribunales Provinciales, mientras se desarrollaba la audiencia de Cámara para que su marido fuera puesto en libertad. «Él había llegado hacía un ratito y entonces aparecieron los del Comando. Eran dos móviles, se bajaron cuatro policías y nos dijeron que nos pongamos contra el patrullero que nos iban a revisar».

Cuando Ivana les preguntó por qué, si estaban en la puerta sin hacer nada, empezaron los insultos y la violencia. «Me insultaron y me dijeron que la vereda era pública. Primero lo revisaron a Franco y no le encontraron nada, sólo tenía encima la autorización para circular y algo de plata, nada más, todos los vecinos vieron eso y vieron que él no tenía nada más que eso».

Según su relato, fue cuando terminaron de revisar a su marido que otro de los efectivos se acercó hasta ella y la amenazó. «Me dijo ‘vos callate la boca, quedate tranquilita porque te vamos a embagayar’. Entonces le volví a preguntar por qué, si no estábamos haciendo nada y sólo estábamos en la puerta de nuestra casa con nuestros chicos. Pero me siguió diciendo lo mismo. Fue ahí cuando les empecé gritar a los vecinos que filmaran todo porque nos querían embagayar».

«Firmá porque te vamos a matar como a un perro»

A partir de allí se desató un infierno que aún no terminó. Ivana contó que varios patrulleros más llegaron hasta su calle, todos del Comando, con varios policías más. Entre todos los empujaron adentro, a ella y a su hermana, a Franco y a sus cinco hijos. Y por más de media hora los golpearon sin parar.

«Nos dieron patadas, trompadas, nos pusieron bolsas de residuo en la cabeza y nos tiraron agua, nos gritaban que nos iban a matar y que no íbamos a llegar a fin de año. Mientras tanto los chicos estaban adentro también, y a una de mis nenas, que tiene 10 años, le dieron una trompada en la cabeza y la zamarrearon. Como gritaba uno la sacó afuera y lo tuvieron que parar los vecinos para que no le vuelva a pegar».

Ya sobre la noche, los cargaron a los dos en patrulleros y los llevaron detenidos. «Nos llevaban a la 10ª, pero yo estaba muy, muy golpeada, entonces, en el puente Rucci me bajaron y dos mujeres policías me llevaron hasta el Hospital Alberdi. Ahí me revisaron y les dijeron que me iban a internar y a poner suero porque estaba muy lesionada. Sin embargo, las policías me empezaron a decir que tenía que firmar el acta de procedimiento, me empezaron a apretar para que firme y me dijeron que si no lo hacía, cuando saliera me iban a matar como un perro y que le tenía que decir a la hija de puta de Tania que esto lo hacían por ella, pero ¿qué culpa tengo de ser Rostro? Pero tuve que firmar».

Pero cuando Ivana firmó el acta, las policías, en lugar de ingresarla al hospital, la llevaron a la comisaría donde permaneció varias horas. «Después me dejaron salir, porque yo no tengo antecedentes ni nada, toda mi vida trabajé de lo que fuera. Franco quedó detenido porque tenía antecedentes, por una causa vieja en la que estuvo preso y cumplió su condena. Además, ellos dijeron que le habían encontrado un fierro».

Cuando Ivana salió, a pesar de los golpes con los que cargaba, volvió al hospital y pidió que revisen las cámaras y las planillas, para poder probar que las mujeres policías la habían llevado hasta allí, que no quedó internada como debía y que la presionaron para firmar. Y con todo eso, fue a hacer la denuncia a Asuntos Internos.

Un Dios aparte

Ivana Rostro y su hija de 10 años fueron revisadas por los forenses en Asuntos Internos que constataron las lesiones. Según contó la mujer, los médicos le dijeron que no la mataron porque tenía un Dios aparte.

«En Asuntos Internos me dijeron que no iba a quedar ninguno impune y que iban a hacer Justicia. Pero todavía no vi ninguna Justicia porque mi marido estuvo preso cuatro meses, injustamente. Los policías siguen pasando por la puerta de mi casa y me escupen y me gritan cosas. Hay un informe pericial que dice que la policía mintió, y que se contradijeron en todo. Hay videos y fotos de lo que nos hicieron, y de como me dejaron totalmente desfigurada. Pero al día de hoy mi esposo está preso y le armaron una causa», remarcó la mujer con tanta bronca como impotencia.

La mujer también hizo hincapié en que todos los vecinos vieron cuando la policía revisó a su marido y que nunca le encontraron un arma. «Hay un informe de los peritos de Buenos Aires que dice que mi esposo no tenía nada que ver y que el acta de procedimiento está desbaratada. Pero la fiscal González (Juliana) dijo que no le iba a dar la libertad porque les habíamos pagado a todos los testigos…. ¿Con qué le voy a pagar a los testigos sino tengo ni para darle un plato de fideos hervidos  a mis hijos?», exclamó Ivana.

«Es cierto que mi marido tiene antecedentes, eso fue en el pasado, hace muchos años, estuvo preso, pagó su condena y no le debe nada a nadie. Hace años que cambió su vida, trabaja, hasta pusimos un comedor en casa para darle de comer a los chicos del barrio los fines de semana», señaló Rostro. Y repitió: «Tiene antecedentes, pero ya pagó. No por eso tienen derecho los del Comando a ponerle un fierro y meterlo preso y armarle una causa».

El camino judicial

Tras cuatro meses preso, este martes por la mañana, mediante una videoconferencia se realizó una audiencia de segunda instancia en la que se trató la prisión preventiva que cumplía Coman desde el 13 de junio.

«En el acta de procedimiento figura que el Comando Radioeléctrico fue a la casa de Coman y se le secuestró un arma de fuego en la vía pública», explicó a este medio el abogado  Juan Pablo Audisio que lleva la defensa junto a Lucas Peirone. «El siempre sostuvo que no es así, que fue un atropello por parte de la policía, que parece que estaban buscando a otras personas».

Tal como explicó el letrado, en ese momento hubo una audiencia imputativa en la que la fiscal Juliana González lo acusó por tenencia de arma y la jueza Melania Carrara dictó la prisión preventiva. «En el momento de revisar esa medida cautelar la jueza Gabriela Sansó, en Cámara, entiende que de acuerdo a la prueba aportada por la Defensa y las contradicciones evidentes en el acta de procedimiento, se encuentra dudosa la detención de Coman, revocó la prisión preventiva y lo dejó en libertad».

En tanto, en forma paralela se abrió una investigación a los policías que intervinieron en el procedimiento, o al menos, a algunos de ellos. «Básicamente, lo que se está haciendo es una causa paralela que investiga a los policías que intervinieron en el procedimiento. Si bien Ivana dijo que en total fueron unos 17, los que firmaron el acto  y que declararon en Fiscalía son 6″, explicó el letrado, Y agregó: «Las lesiones están documentadas, y también se está tratando de tramitar una Cámara Gesell con los menores para que declaren lo que vieron. Además hay varios testigos, y una pericia criminalística».

Si bien, hasta el momento desde la Fiscalía no han respondido las consultas en relación a este tema, la causa que investiga a los uniformados estaría a cargo del fiscal Gonzalo Fernández Bussy.