Este viernes la Justicia rosarina dictó la prisión preventiva para el hombre de 64 años acusado de haber matado a su esposa y haber escondido su cuerpo en un pozo durante 10 meses. Fue acusado del delito de homicidio calificado por el vínculo y por mediar violencia de género.

El hecho ocurrió en la localidad de General Lagos en el mes de marzo pero recién fue descubierto esta semana cuando efectivos de la Policía de Investigaciones encontraron el cadáver en el interior del pozo de un molino que se encuentra en una finca ubicada en la zona rural de esa localidad donde habitaba la víctima y su marido. 

La mujer era buscada con desesperación por sus familiares desde su desaparición, ocurrida en el mes de marzo.

No me busquen

Elsa Noemí Mercuri, de 61 años, vivía a la altura del kilómetro 275 de la autopista a Buenos Aires con su marido. Tenían tres hijos pero ya no vivían con ellos. El 28 de marzo desapareció de su casa y cortó todo contacto con su entorno. Sus hijos no supieron más de ella y desapareció de las redes sociales en las que solía tener una activa participación.

Ante esta situación, el padre explicó a sus hijos que habían mantenido una fuerte discusión y que la mujer salió de su casa diciendo que estaba cansada, que se iba para no volver y que no quería que la busquen. Además, señaló que había dejado el celular porque iba a cambiar el número.

A pesar de esta explicación, los hijos de Elsa Mercuri hicieron, durante meses varias publicaciones en Facebook para pedir datos sobre su paradero

Entre tanto, el 19 de abril, tres semanas después de la supuesta desaparición, José María C. se presnetó en la subcomisaría 13ª para dejar constancia que su mujer se había ido de la casa en forma voluntaria. 

No formalizó búsqueda del paradero y señaló que era normal que esto ocurriera pero señaló que no habían tenido problemas maritales.

Investigación de oficio

El 8 de noviembre y advertido por uno de los oficiales de la subcomisaría 13ª sobre una nota en un portal de noticias, el fiscal José Luis Caterina inicia una investigación de oficio para dar con el paradero de Elsa.

«La conexión se hace el 8 de noviembre, estando yo como fiscal de turno de Flagrancias, cuando el subinspector Carrillo, de la comisaría de General Lagos nos da cuenta de que los hijos de esta mujer la empiezan a buscar en un portal de noticias de esa localidad. Y yo dispongo que se abra una investigación».

«A partir de allí comenzaron las diligencias de la gente que trabaja en la división paraderos de la PDI y se empieza a recolectar la información. En función de las distintas contradicciones que fuimos notando en el proceso de recolección de información, y de que notamos que esta mujer tenía una fluida actividad en las redes sociales que se corta repentinamente y una comunicación diaria con uno de los hijos que también se corta de manera drástica empezamos a evaluar la necesidad de hacer un allanamiento de este domicilio por la sospecha que teníamos, fundamentalmente, sobre el marido», detalló el fiscal Caterina.

Según el relato del fiscal, se diligenció lo más prontamente posible el operativo que comenzó cuando el marido de la víctima no estaba en la casa. Finalmente los perros dieron los indicios del lugar en el que estaba el cuerpo.

En tanto, el fical Adrián Spelta, de la unidad de Homicidios Dolosos, señaló que se les tomó declaración a los hijos, quienes dieron cuenta de que habían sido víctimas y testigos de la violencia que el padre ejercía contra la mujer, por lo cual la imputación incluyó el contexto de violencia de género.

En el momento del hallazgo del cuerpo, el llegó al lugar, se quebró y reveló que la había ahorcado con una soga en medio de una fuerte discusión en la que se tomaron a golpes y, en un momento dado, tomó una soga y la estranguló hasta que perdió el conocimiento. Según su relato, al principio pensó que no estaba muerta pero que cuando vio que no reaccionaba, la envolvió en una bolsa de arpillera y la tiró al pozo.

Los fiscales señalaron que, de acuerdo los informes preliminares de la autopsia, los restos encontrados estaban incompletos y faltan partes importantes del cuerpo, por lo que se dispuso un rastrillaje para determinar si la víctima fue desmembrada y hay enterrados restos en otro lugar.