Este miércoles, tras ser imputado por estafa en el Centro de Justicia Penal, quedó detenido en prisión preventiva Gustavo O., el empleado judicial que tomó un taxi en Retiro, viajó hasta Rosario y engañó al chofer para terminar yéndose sin pagar. Además, lo imputaron por otro delito: desplazarse en un vehículo robado.

El fiscal Franco Carbone acusó al hombre de 30 años por el hecho ocurrido la madrugada del pasado 14 de junio, cuando el acusado abordó el taxi en la Terminal de Retiro, en ciudad de Buenos Aires, y le consultó al taxista si era posible que lo llevara hasta los Tribunales Provinciales de Rosario.

El chofer accedió y entre ambos pactaron una tarifa de 35.000 pesos. El vehículo arribó a la ciudad alrededor de las 5.30 de la madrugada, y cuando llegaron al lugar del destino, el acusado le pidió que lo espere un momento que iba a buscar el dinero e ingresó a los Tribunales Provinciales, pero nunca regresó.

Pasado un tiempo prudencial y viendo que su pasajero no regresaba, el taxista pidió ayuda dentro del edificio y luego de varias horas, con ayuda de personal policial y algunos testigos, logaron dar con el imputado que, para despistar, se había cambiado de ropa.

El fiscal Carbone le achacó al Gustavo O. el delito de estafa, ya que aparentó una intención de pago al solicitar el traslado, con el conocimiento cabal de la imposibilidad de concretarlo y teniendo una voluntad inicial de no pagar, que se encubre con la apariencia de solvencia que todo pasajero tiene al abordar este tipo de vehículos.

En la audiencia se señaló también que el viaje más las horas de espera en la ciudad de Rosario le significaron al conductor un perjuicio que asciende a los $42.000.

Además, el fiscal Carbone le imputó otro hecho delictivo, el haber adquirido o recibido un vehículo robado con conocimiento de su procedencia. En la audiencia se ventiló que el pasado 19 de mayo a la tarde, Gustavo O. se encontraba en un vehículo cuyo dominio tenía pedido de captura. Cuando los efectivos policiales constataron toda la información, encontraron que el Citroen C3 en el que estaba el imputado había sido robado en zona sur, a mano armada y que la chapa patente que ostentaba pertenecía a otro auto, un Volkswagen T-Cross también robado.

El juez de Primera Instancia Florentino Malaponte aceptó los cargos de estafa en calidad de autor y encubrimiento agravado y dictó la prisión preventiva por los plazos de ley.