Las mañas de Ariel Máximo Cantero parecen no tener fin. Fuertemente sospechado de tener alguna vinculación con la balacera contra el Centro de Justicia Penal ocurrido el pasado miércoles, se realizó una requisa en su celda del penal federal de Marcos Paz y, grande fue la sorpresa, cuando se encontró un teléfono de línea en funcionamiento.

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El procedimiento fue requerido por los fiscales Franco Carbone y Federico Rébola, por medio de un exhorto enviado al juzgado de Mercedes, que autorizó la medida que luego llevó a cabo la DDI de esa ciudad.

Los fiscales libraron nuevos oficios para determinar si ese teléfono está autorizado legalmente y, de ser, así, como y cuando se autorizó.

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El miércoles pasado, un día antes de que comenzara el juicio que acutalmente está en curso, y que tiene a Cantero, junto a otras seis personas, imputado por la seguidilla de ataques a edificios y domicilios vinculados al Poder Judicial en el año 2018, el Centro de Justicia Penal fue nuevamente blanco de las balas. 

Esa noche, alrededor de las 23.30, dos sujetos a bordo de una motocicleta en movimiento, que transitaba por calle Sarmiento,  abrieron fuego sobre la fachada que da sobre esa calle Las balas, al menos siete, impactaron sobre los vidrios y paredes del edificio.