Por Florencia Vizzi

Otra mañana agitada se vivió en el Centro de Justicia Penal, durante la novena jornada del juicio a Los Monos. En este caso, se debió a la decisión del Tribunal de eximir de presentarse a declarar a Mariana Paula Martínez, testigo que, según manifestaron todos y cada uno de los defensores, revestía una vital importancia. Esa importancia reside en que Mariana Martínez, quien actualmente se desempeña como jueza de Ejecución Civil de Circuito era, en los tiempos en los que se instruyó la causa 913/12, secretaria del juez Juan Carlos Vienna.

«Era una declaración muy importante, y se demuesra una vez más la parcialidad con la que se está desempeñando el Tribunal», declaró el doctor Carlos Edwards, integrante del núcleo duro de defensores, junto a Fausto Yrure y Carlos Varela, luego de que el Tribunal, integrado por Ismael Manfrín, María Isabel Mas Varela y Marisol Usandizaga dieran a conocer esta decisión. La misma implica que la doctora Martínez pueda declarar por escrito, respondiendo a un pliego de preguntas.

Testigo privilegiado

Mariana Martínez, en la cámara oculta grabada por Sergio Blanche. Detrás de ella, el juez Vienna

Las defensas, prácticamente a coro, apelaron dicha resolución solicitando que se resuelva inmediatamente, con la opción prevista en los códigos Procesal Penal y Civil Comercial, de constituirse en el domicilio o despacho de la magistrada a fin de realizar allí la testimonial. Sin embargo, no se hizo lugar a estas apelaciones, por lo cual, se mantuvo la postura original de los jueces. Las partes tendrán 48 horas para elaborar las preguntas y Mariana Martínez gozará del mismo plazo de tiempo para resolver.

Consultado Edwards sobre la posibilidad de reenviar un pliego de repreguntas, luego de que la testigo respondiera, respondió que «habría que ver, tal vez es posible, pero atenta contra la oralidad del proceso y remarcó que «no podrá verse la reacción de la ex secretaria ante las preguntas de las partes, o repreguntar», lo cual perjudica la posición de los defensores para quienes Martínez resulta una testigo clave.

Según fundamentaron en su apelación, Martínez «presenció los hechos en su carácter de secretaria del juzgado». «Es la tesis de todas las defensas que esta causa es fruto de la actividad ilícita del doctor Juan Carlos Vienna y el testigo privilegiado de esa actividad ilícita fue la doctora Martínez». Los letrados alegaron que el testimonio de la ex secretaria del juez es imprescindible para comprobar sus tesis.

Mariana Paula Martínez trabajó durante dos años en la causa, que está cuestionada a raíz de la relación que habría tenido el juez Vienna con la familia de Martín «Fantasma» Paz, que dio origen a toda la investigación a la familia Cantero. Cabe recordar que la ex secretaria apareció en un video, filmado a escondidas por uno de los imputados, el policía Sergio Blanche, en el que Vienna le aconseja cambiar de abogado si quería recuperar la libertad.

En esa cámara oculta, se puede escuchar cuando Vienna dice: «Te doy un consejo de amigo, no somos amigos pero igual. Cambiá de abogado. No puede ser que todos estén en la calle menos vos». «Tu abogado nunca leyó el expediente, si querés te doy una lista de los que lo leyeron». En otro tramo advierte: «Ni se te ocurra decirle a Paul, que estuviste acá, porque por más que diga algo, yo se lo voy a desmentir. Decí que estoy yo acá, si estuviera otro todavía están todos presos».
Parcialidad

Carlos Edwards, como ya lo hicieron otros de los letrados de las defensas en varias oportunidades, hizo referencia en varias ocasiones a la parcialidad con que se maneja el Tribunal.

Según refirió, el testimonio de Martínez que era «actuaria y asistente» del juez Vienna hubiera posibilitado la concreción del principio de inmediación, para poder ver las reacciones que hubiera tenido. «Así, con un pliego no vamos a tener esa posibilidad, o sea, no habrá oralidad ni inmediación, teniendo en cuenta que es una testigo sumamente importante en el proceso».

“Ello hubiera posibilitado la concreción del principio de inmediación en el sentido de poder ver las reacciones que hubiera tenido en cada pregunta. Cosa que así, con un pliego, no lo vamos a tener, o sea que no habrá oralidad ni inmediación, sobre todo teniendo en cuenta que es una testigo sumamente importante en el proceso. Era la actuaria y la asistente del juez Vienna”.

«Quedó demostrada la parcialidad con la que se está manejando el Tribunal, que ya lo hemos advertido al inicio, cuando recusamos por el conocimiento previo de las pruebas a las que tuvieron accesos dos de los jueces en la causa del homicidio de Cantero, (Usandizaga y Manfrin), en la segunda recusación,  cuando se vio el conocimiento indirecto de las escuchas y ahora con esta apelación, que tenía una solución intermedia, que era la posibilidad de que las partes nos constituyéramos en el despacho de la doctora Martínez y obviamente así pudiéramos repreguntar». «Justamente los testigos referidos a esta parcialidad no van a venir, Vienna, su pareja, la pareja de Paz y ahora la doctora Martínez». 

El informante

Del cronograma de testigos planteados para el lunes, varios de ellos no asistieron. Un hombre citado del cual un familiar dio cuenta que se encuentra trabajando en Chaco y no tiene teléfono celular, otro que fue sometido a una cirugía de rodilla y dos mujeres que no se encuentran ubicables.

Por la tarde, fue el turno de otros integrantes de la Brigada Operativa Judicial. Entre ellos, puede destacarse el testimonio de Ariel Enrique Marelli, que señaló a Walter Jure, un hombre condenado por narcotráfico y con una muy estrecha relación con Ramón Machuca, como informante de la División Judicial.

Walter Jure se encuentra cumpliendo condena luego de ser señalado en una causa por tráfico de cocaína, procedente de la provincia de Salta,con destino a Rosario, en el año 2015.

Poco antes del juicio, en una requisa realizada en la unidad penitenciaria de Coronda, se detectó que, nuevamente, se encuentra liderando una banda dedicada al tráfico de cocaína. Ese mismo día, fueron allanadas, además de la celda de Jure, la casa de su padre, Juan Antonio Jure, que quedó detenido, la cárcel de Piñero, y las comisarías 12 y 20 de Rosario, cuyo personal se encuentra sospechado de se parte de la organización.

 

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