Desde hace varios días el Gobierno intenta instalar que hubo un parate en la inflación e incluso una desaceleración inflacionaria. Sin embargo, una de las máximas productoras alimenticias del país, la empresa Molinos, anunció una fuerte suba de precios de casi todos los productos de su catálogo. Los incrementos van del 4 % al 17% y en algunos productos hasta el 20%. Este anuncio daría por tierra con las metas inflacionarias que se propuso el Gobierno ya que Molinos fabrica una gran cantidad de productos que componen la canasta básica. Además, los incrementos impactarán sobre el índice de pobreza. La nueva lista de precios comenzaría a regir desde este lunes.

Según información difundida por el portal iprofesional la nueva lista de precios habría llegado a las cadenas de supermercados el pasado viernes y un  dato de vital importancia es que los valores de los productos de  Molinos se toman como referencia en el mercado alimenticio por se líderes indiscutidos en el segmento.

Lo preocupante es que las nuevas listas develan que el aumento se aplica a la mayoría de los productos: fideos, arroz, aceites, yerbas, productos congelados, café, pan rallado, polvos para biszcochuelos y hasta las populares «Patitas».

Los principales incrementos:

  • Fideos: los ajustes van del 4,3% al 4,8% e incluyen a las principales marcas:  Matarazzo, Lucchetti y Terrabusi. Algunas  variedades de esas marcas tendrán remarcaciones de 20%.
  • Arroz: suben hasta 16,8% (marca Máximo). Incluyen a todas las líneas: Gallo, Lucchetti, Máximo y Susarelli.
  • Yerba: alzas de hasta 16,9% en la marca Cruz de Malta. En “Chamigo”, la suba será de 8,2%, ya que la marca está incluida en el programa de “Precios Cuidados”.
  • Café: Molinos aplicó un alza de entre 8,8% y 10,4% en la marca Arlistán, en las distintas presentaciones.
  • Pan Rallado (Preferido): ajuste del 12,1%
  • Congelados: aumento promedio del 12,1%.  Entre esos artículos figuran milanesas en sus distintas variantes. Las “Patitas” se encarecen 15,5%.
  • Aceites: las subas alcanzarán el  11,9% pero exclusivamente en “oliva”. Pero se trata de un punto que ya había sufrido incrementos el mes pasado.

Es imortante tener en cuenta que por ser el principal fabricante de alimentos, Molinos es un verdadero «formador de precios» por lo cual, suelen marcar el comportamiento y sus competidores normalmente imitan su conducta.

Por ejemplo, en el rubro de las yerbas y el café, sus valores son testigo para el resto de las marcas.

Esa es la razón para que los movimientos de Molinos sean seguidos muy de cerca por las oficinas oficiales y, según los rumores, el viernes provocaron  caras de preocupación en algunos funcionarios del equipo económico. Sobre todo, teniendo en cuenta cuando el Gobierno festejaba una desaceleración inflacionaria.

Escenario político con la inflación en primer plano

Para el Gobierno, que cuenta con la estabilidad del dólar y la desaceleración inflacionaria para montar la campaña política para el 2019. Por esa razón, esta novedad de la empresa Molinos, que promete volver a disparar los precios en una época muy sensible, podría complicar el panorama.

Sobre todo porque si la comida se encarece, lo más probable es que el índice de pobreza vuelva a aumentar, luego de que el Observatorio de la Universidad Católica Argentina publicara que el porcentaje de pobres en el país aumentó al 33,6%.

No hay que perder de vista que los alimentos lideran los incrementos de precios.  Durante noviembre subieron 3,4%, dos décimas más que el promedio. Y apenas 1,1 punto menos que en octubre.

De esta manera, las alzas en ese rubro acumulan en 11 meses del año un 48,6%. En tanto que la inflación anual de alimentos el mes pasado bordeaba ya el 50%.

Con estos números a la vista, y aún en el improbable caso de que la inflación  correspondiente a esta categoría caiga a cerca del 2% en diciembre, entonces en el año cerraría entre 52 y 53%.

El hecho de que la crisis provocara una sensible caída del consumo no termina de anclar los precios de los alimentos. Ni de los productos “secos” que en épocas de malaria suelen ser los más buscados en reemplazo de los “frescos”ni de éstos. El pollo y la carne vacuna también vienen para arriba, básicamente por el impacto de la devaluación y de los costos de la logística. Se calcula que el 70% del kilo de pollo, por ejemplo, está atado a la evolución del dólar y de las tarifas.