Nuevamente Omar Denoya volvió a los Tribunales Provinciales, acompañado por su familia y amigos para protagonizar un bocinazo y volver a pedir que alguien piense en Tiziana, su nieta, de quien fue separado el 11 de agosto cuando, por orden de la jueza Alicia Ana Galleto, debió entregar a la criatura a la familia paterna.

La noche del 24 de julio de 2019, Marcos Guenchul, papá de Tiziana, fue asesinado con dos disparos cuando salía de su trabajo y esperaba el colectivo para ir a cenar a casa de su novia. Por el crimen fue detenido en primer lugar el hombre que manejaba el auto en el que iba el tirador, Santiago Caio Soso, pareja de Priscila Denoya, y poco después, quien efectuó los disparos, Maximiliano Panero. Pero, en el devenir de la investigación, fue tomando cada vez más fuerza la hipótesis de que Priscila había formado parte del plan criminal, como instigadora, a causa de la disputa que mantenía con Guenchul por la tenencia de la pequeña Tiziana. 

Finalmente Priscila Denoya fue detenido el 19 de diciembre pasado e imputada como instigadora de homicidio triplemente calificado por el vínculo, por promesa remunerativa y por la participación de otras dos personas, y enviada a la cárcel en prisión preventiva con su hija más pequeña, que tenía sólo 27 días.

Desde ese momento, la pelea de la familia Denoya ha estado enfocada en darle una cierta normalidad a Tiziana, que quedó a cuidado de los abuelos con quienes vivía desde que nació ya que Priscila vivía con ellos. Poco después, la mamá de Marcos Guenchul, Marcela Ontiveros solicitó la guarda legal, que le fue concedida en el mes de agosto.

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A partir de allí, Omar Denoya mantiene una dura batalla para recuperar esa custodia o, al menos, para que se le permita tener algún tipo de contacto con la niña y le reclama a la jueza Alicia Ana Galleto que revea la decisión tomada. En la tercera protesta que protagonizó frente Tribunales, Denoya aseguró que sigue sin tener respuestas. «Ya tenemos un informe del defensor general, que es un funcionario del Poder Judicial en el que consta que accede a la revocatoria solicitada en todos los puntos y la jueza  Galleto sigue sin expedirse», explicó el abuelo de Tiziana. «Me persigue la idea de secuestro legal, que puede sonar como un término un poco atrevido, pero desde el 11 de agosto que se llevaron a Tizi desde casa, Tizi nunca más pudo tener contacto con su mundo, y se le está provocando una pérdida innecesaria. porque nosostros estamos para amarla y cuidarla», remarcó Denoya.

En ese sentido, remarcó que mientras la niña estaba a su cuidado, cumplían a rajatabla con el régimen de visitas  con la otra familia y con la inserción del mundo del papá en ella. «Yo también había pedido que le pongan un psicólogo para poder abordar lo que ocurrió con su papá, y  la trabajadora social lo puso como un pedido de ella».

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Denoya también señaló que la «jueza nunca ordenó una pericia». «Nunca mandó a nadie a mi casa, sí lo hizo con la otra familia, pero con nosotros no. Yo en ningún momento voy a rivalizar con la otra familia, aquí el problema es la Justicia, la que le da entidad a este secuestro legal es Alicia Ana Galleto y le pedimos por favor que reflexione sobre el daño que le está haciendo a mi nieta. Tiene el informe del Defensor General allí, que es un a persona que está desde el primer día viendo la situación del expediente de la familia, cuando Marcos estaba todavía con vida. Tiene ese informe sobre el escritorio y puede revertir la medida y esa acción la va a enaltecer. Tizi seguramente extraña su mundo y no la debe estar pasando bien. Es un maltrato que nace a partir de las decisiones de la jueza», recalcó Denoya.

Además, el abuelo de Tiziana también contó que en el momento de otorgar la guarda a la familia paterna, la jueza «no explicó el régimen de visitas, dijo verbalmente que nos pongamos de acuerdo». «Sin embargo la otra familia dice que ellos no escucharon lo mismo. Así que no podemos ver a Tizi, ni siquiera podemos hablar por teléfono con ella…la nena se crió siempre con nosotros, y la trabajadora social reconoció en su informe que era una nena amorosa y feliz».

Denoya insistió en remarcar que lo que están vivienda se trata de una injusticia. «Es una injusticia por todos lados, ya es un delirio que mi hija esté detenida, y que sea condenada desde el lugar del prejuicio. Sin dudas, el funcionario que peor se ha portado acá es el fiscal Adrián Spelta, si el fiscal no hubiera armado la barbaridad que armó, nada de esto hubiera pasado. Pero nadie piensa en Tizi, hay que pensar en ella, que de un día para el otro perdió contacto con todo su mundo».