Luego de la detención de Claudio «el Morocho» Mansilla, el último de los fugados recapturados del penal de Piñero, la Agencia de Investigación Criminal (AIC) del Ministerio de Seguridad de Santa Fe realizó siete allanamientos en Rosario y aprehendieron a un sujeto.

Fuentes policiales revelaron que los procedimientos se llevaron a cabo en las calles Baigorria entre Pozos y J.J. Pérez; Baigorria entre Luzurriaga y Benito Álvarez, Luzurriaga sin numeración; y Pasaje 1758 al 2200, donde identificaron a todos sus moradores.

Interviene en la causa las fiscales Marisol Fabro y Georgina Pairola, ambas de la Unidad Especial de Homicidios Dolosos.

El jueves por la noche fue detenido «el Morocho» Mansilla, el último de los ocho presos que se habían fugado del penal santafesino de Piñero, el 27 de junio del año pasado.

Este delincuente tenía pedido de captura internacional tanto de la Justicia Federal, como presunto líder de una banda narco, como de la Justicia provincial, donde tiene imputaciones y condenas por asesinatos.

En el departamento en el que fue detenido se secuestraron más de 400 bochas de cocaína, dos pistolas y dinero en efectivo.

«El Morocho» Mansilla se fugó junto a otros siete reclusos de la cárcel de Piñero después de un golpe comando.

En aquella oportunidad, tres pistoleros usaron ametralladoras y un Peugeot 3008 negro con patente cambiada para ingresar al predio de la unidad penitenciaria, y una vez que llegaron al lugar, utilizaron amoladoras y rompieron tejidos perimetrales, lo que facilitó la evasión.

Ese grupo de apoyo se tiroteó con agentes del Servicio Penitenciario que estaban apostados en las garitas a la altura del pabellón 14 del módulo D, y uno de los delincuentes murió.

Todos los internos que se fugaron fueron recapturados, algunos en el acto y otros en los días siguientes, pero Mansilla estuvo prófugo casi un año, ya que la Policía no lo podía hallar, a pesar de los reiterados allanamientos que efectuó.

Este delincuente está sindicado como líder de una banda narco poderosa que opera en el barrio Santa Lucía, en la zona oeste de la ciudad.

Cuando se fugó del penal de Piñero era juzgado por un doble crimen cometido en 2018 y cuyas víctimas fatales fueron Leonel Bubacar, de 18 años, y Kevin Neri, de 16.

Por esos homicidios fue condenado en su ausencia a la pena de 25 años de prisión.

De acuerdo a las investigaciones realizadas, Mansilla también tenía una buena relación con la recientemente fallecida Ramona Ávalos, alias «La Gringa», ladera de René Ungaro, preso por narcotráfico y por el crimen de Roberto «Pimpi» Caminos, jefe de la barra brava de Newell´s.