La cartera laboral de Santa Fe, a cargo del ministro Juan Manuel Pusineri, presentó este miércoles un informe sobre la situación actual del trabajo infantil en la provincia y destacó el impacto de la pandemia en el aumento de los niños que venden artículos en la calle y realizan tareas domésticas.

El estudio fue presentado este junto a la Red de Empresas Nacionales Contra el Trabajo infantil, cuyo representante en la actividad de este miércoles fue Jorge Figueroa, director de la consultora Randstad.

«Queremos señalar que muchas veces se dice que el trabajo infantil es consecuencia de la pobreza, pero también somos conscientes que es causa de la pobreza y la reproducción del trabajo infantil nos lleva a más pobreza», sostuvo Pusineri en conferencia de prensa.

«Todas las acciones realizadas desde el Estado -continuó-, con la participación de las empresas y las organizaciones sindicales, que tiendan a la sensibilización, la visibilización y a la inversión pública con transferencias directas que permitan que los chicos estén en la escuela o jugando, son positivas y enriquecen a la sociedad desde lo moral, lo humano y también desde lo socioeconómico». 

El informe presentado este miércoles contó con la participación del Centro de Estudios Scalabrini Ortíz (CESO) y, según el Ministerio de Trabajo de Santa Fe, será un punto de partida para medir la situación actual y el impacto de las medidas que se ejecuten en el corto, mediano y largo plazo.

Los datos

Al ser consultado por las conclusiones a las que han llegado a partir del relevamiento, el titular de la cartera laboral provincial comunicó los datos recabados y señaló que «la estimación en el informe indica que hay un 10% de trabajo infantil, que es un número importante». 

«Se ha trabajado mucho y se ha avanzado mucho en los últimos años, pero este año de pandemia va a tener también sus consecuencias. El informe va a marcar un primer paso de lo que sucedió en la pandemia y las acciones», dijo Pusineri.

Las diferencias geográficas también estuvieron presentes al momento de identificar cuáles son las zonas más afectadas. «En los departamentos que tienen mucha presencia de trabajo agrícola, particularmente en el norte de la provincia, es el lugar donde tenemos mayores complicaciones», detalló.

Y añadió: «En la ruralidad es uno de los lugares en los que se verifica el trabajo infantil. En los sectores urbanos se ve más vinculado al trabajo doméstico. A esto se suma el componente de género, porque son las mujeres las que muchas veces en el seno del hogar tienen que realizar el cuidado de hermanos menores o tareas domésticas».

Desnaturalizar

Al momento de hacer una comparación con el escenario nacional, Figueroa tomó la palabra e indicó que la red de empresas está conformada por organizaciones que entienden que «un niño que no está en la escuela o jugando, está hipotecando su futuro, pero además se está hipotecando el futuro del país. El desarrollo de estas personas tiene que ver con toda su primera infancia».

«Esta mesa intenta hacer una articulación público-privada. Es un tema muy complejo y diverso. Hay zonas que tienen diferentes componentes y por eso se necesita de todos los actores, porque además hay un componente cultural donde se naturaliza el trabajo del niño. Ahí necesitamos algún tipo de herramienta para desnaturalizarlo y dar algún tipo de sustento para que las familias que viven como núcleos económicos puedan no afectar a sus hijos al trabajo», propuso el director de Randstad.

«No es solo el trabajo que están haciendo al abrir un taxi o vender un pañuelo, sino también el riesgo que corren a sufrir otro tipo de situaciones. Tenemos que tener claro los niños no pueden estar fuera de su ámbito, que es la escuela o el disfrute», concluyó.