A pesar de la ocupación ilegal del Reino Unido que otorgó permisos para pesca de merluza negra sin el necesario acuerdo de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), el país trabaja para armonizar la pesca de krill al norte de la Península Antártica con el proyecto de Área Marina protegida que impulsa junto a Chile para esa región.

Diplomáticos y científicos argentinos viajaron en noviembre a la ciudad australiana de Hobart, sede de la CCRVMA, para participar de la 41º reunión de ese mecanismo multilateral creado para proteger la biodiversidad de las aguas antárticas y sus adyacencias.

Ese encuentro fue el primero en el que las delegaciones de los 26 países miembros, la Unión Europea y los 10 adherentes volvieron a verse cara a cara después de dos años de gestiones virtuales a causa de la pandemia de Covid-19.

En ese ámbito, la Argentina trabaja para proteger los stocks de merluza negra en el Atlántico Sur, afectados por la decisión unilateral del Reino Unido de otorgar permisos de pesca en aguas sobre las que los reglamentos de CCRVMA no le reconocen derechos soberanos y en donde el consenso del resto de los integrantes de este mecanismo multilateral es el de evitar la actividad pesquera sin establecer antes medidas de protección para la biodiversidad marina.

El secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la Cancillería Argentina, Guillermo Carmona, afirmó que «lo que en estos momentos sucede con la pesca de merluza negra al sur de las Islas Georgias es un episodio que da cuenta de la situación crítica de CCRVMA como ámbito multilateral porque estamos ante una flagrante violación de este mecanismo por parte del Reino Unido«.

El director de Política Exterior Antártica, Fausto López Crozet, indicó que «el Tratado Antártico alcanza todo al sur del paralelo 60, pero CCRVMA lo que busca es seguir la convergencia antártica que es el área donde chocan las aguas más frías del sur con las más cálidas del norte y crean todo un ecosistema específico; entonces en el caso de la zona de las Islas Georgias del Sur alcanza las aguas que las rodean lo mismo que a las Islas Sandwich del Sur».

«Todos los países que forman parte del sistema de CCRVMA reconocen su funcionamiento, dentro del sistema hay islas que pertenecen a Francia, otras que pertenecen a Australia, otras de Noruega y en todas en las que hay una soberanía reconocida por todos los integrantes cada país puede aplicar normas nacionales, mientras que el único caso en el que no se pueden aplicar medidas nacionales es en las Islas Georgias del Sur porque ahí no hay una soberanía de estado reconocida por todos porque el Reino Unido no reconoce nuestra soberanía y Argentina junto a otros países no reconoce la del Reino Unido», señaló.

El funcionario recordó que «hace 40 años que para administrar la pesca en las Islas Georgias del Sur se trabaja con el régimen de la CCRVMA, los franceses o los australianos pueden tomar medidas unilaterales en sus islas, pero el Reino Unido no puede hacer lo mismo en las nuestras».