El ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, aseguró hoy que el sector donde menos se invierte en la Argentina es el de la «ciencia de los alimentos», si bien es en el que más se «destacan los argentinos».

Baraño disertó en la inauguración del 5° Congreso Internacional de Agronegocios «La competitividad» en la 130 edición de la muestra ganadera, de agricultura e industrial internacional organizada por la Sociedad Rural de Palermo (SRA).

Ante la presencia del presidente de la SRA, Luis Etchevehere, y de su colega, el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay analizó, entre otros temas, «el desafío de agregar valor» en la economía.

Barañao, quien hace 13 años es ministro nacional, está ligado al sector agroindustrial por la cría de vacas clonadas transgénicas que producen hormonas de crecimiento desarrollado desde el primer animal «Pampa» con la empresa Biosidus.

«Argentina tiene un rol como productor de alimentos que no va a poder relegar, pero el desafío está en agregar valor a ese alimento que se produce», explicó.

Añadió que «hay datos muy contundentes. Se dice que de acá al 2050 la humanidad va a tener que producir tanto alimento como produjo desde sus orígenes. Puesto de otra manera para satisfacer esa demanda creciente con la productividad actual habría que agregar un 60 por ciento de superficie cultivable, que es equivalente a la superficie de Brasil».

«Lo cual claramente no está disponible. Muchos de los recursos que se usan en la agricultura no son estrictamente renovables, el fósforo, el potasio, una vez que se pierden no son recuperables en forma eficiente: y esto plantea el desafío más importante que tenemos que es lograr una intensificación sostenible», manifestó.

Barañao agregó que «para lograr esta meta es a través de la la tecnología, tenemos que incrementar la eficiencia, producir más en menos terreno. Se calcula que cada habitante del planeta en el 2050 vivirá con el producido de una hectárea, claramente se dan una idea de que no es una meta sencilla de alcanzar».

Para el responsable de Ciencia y Tecnología hay que hacer «mejoras genéticas» para que los «cultivos» sean adaptables a lo que vendrá y enfatizó que «casi el 10% de nuestros subsidios van a la bioeconomía».

Reconoció que la agricultura es cada vez más eficiente, pero «cada vez tiene menos gente» al ratificar así los recientes datos del Indec que marcan un descenso de casi el 5 por ciento del empleo en el campo argentino en los últimos meses.

Destacó que con una inversión básica, la Argentina logró girasol con genes resistentes a la sequía y dijo que se viene la «bioeconomía» ya que la «biotecnología mueve el 30 % de la economía mundial» y «se espera que en 20 años va a ser el 50%».

En este sentido, señaló que de la cáscara de arroz se puede conseguir cilicio «verde» lo que le da futuro a este cultivo de la zona litoral del país.

Además, consignó que el «sector alimentario» argentino «todavía está en déficit» y aseguró que con «sorpresa» que «la ciencia de alimentos es donde los argentinos se destacan bastante significativamente, pero es el sector que menos invierte en función a su PBI».

Se lamentó porque «tenemos los mejores investigadores en un sector que no sabe aprovecharlos adecuadamente».

«El futuro para el agro», no obstante expresó, «es optimista» y «tiene que asumir que es el motor del país».