Por Marcelo Chibotta

Desde aquella vez, cuando en el retorno de la democracia a sus 33 años fue electo intendente de Las Parejas, hasta hoy, cuando preside la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe y conduce los destinos del Partido Socialista a nivel nacional, el ex gobernador Antonio Bonfatti se desempeñó en diferentes cargos públicos y partidarios.

“Experiencia no le falta”, diría la expresión popular, razón por la cual la charla con Conclusión transitó por los caminos de la coyuntura como así también por aquellos de la ideología, esos que por momentos parecen querer ser olvidados, aunque siempre de alguna manera afloran.

A un año de haber dejado la gobernación de la provincia, Bonfatti comparó su visión personal acerca de la diferencia entre desplegar funciones legislativas y ejecutivas: “Obviamente que son funciones diferentes, las decisiones que se toman en el Ejecutivo son minuto a minuto, mientras que el legislativo es un espacio más para pensar, para abordar las leyes, para encontrar consensos”.

“Yo soy una persona más ejecutiva –aseguró– aunque también he cumplido funciones como legislador y tengo alguna experiencia al respecto”.

Ya dentro de su actividad como legislador, hizo un repaso de aquellas leyes que considera deberían ser definidas durante 2017: por lo pronto, en extraordinarias tenemos la reforma del Código Procesal Penal, tenemos en carpeta y ojalá lo podamos discutir con el Ejecutivo, también la reforma del Código Procesal de Jóvenes que es un proyecto que he enviado en noviembre de 2015, antes de terminar el mandato como gobernador y creo que también amerita tratarse el Código de Faltas, y a futuro, cuando comencemos las ordinarias, la Ley de Salud, la Ley de Educación y la Ley de Suelos… hay muchas propuestas de leyes trascendentes”.

Por otra parte, Bonfatti dijo que con la Cámara de Senadores de mayoría peronista “hay un diálogo muy respetuoso” con la que “no siempre se coincide en todo” aunque estimó que han trabajado “muy bien” debido a que hacen consultas previas “para evitar hacer ese ida y vuelta que a veces es redundante en tiempo y es innecesario”.

Bonfatti Antonio-4 SalvadorAl ser consultado sobre la marcha del gobierno de Lifschitz el legislador socialista aclaró que “hay un proyecto en marcha que no pertenece a una persona u otra» y afirmó: “Ni le perteneció a Hermes Binner, ni a mí, ni a Lifschitz. Es un proyecto que ha sido trabajado durante muchos años, en cuantas instituciones, experiencias colectivas, individuales, tanto desde la teoría como desde la práctica, cotejando con las universidades, con las organizaciones sociales”.

“Nosotros hemos escrito un proyecto, no fue algo que surgió de una sola cabeza y menos de una individualidad, entonces, llevar adelante eso requiere de tiempo porque las transformaciones que se dan en cada una de las áreas no se producen de un día para otro, son cambios culturales, y no hablo de expresiones culturales, hablo de la cultura como actitud”, agregó.

En ese sentido, puso un ejemplo: “Para lograr un sistema de salud como se logró en Rosario y en la provincia lleva muchos años, hay que cambiar paradigmas, modalidades en las prácticas cotidianas. En la educación es exactamente igual, en la descentralización del Estado, en el logro de la participación del ciudadano… Son todos procesos”.

—Al respecto de estos cambios culturales, podríamos decir que hay una cultura entendida como forma de manejar la política y una sociedad que también tiene una cultura determinada. Lo que usted dice, ¿es acaso la pretensión de cambiar pautas culturales de esa sociedad o de recoger las suyas?

—Es que la sociedad tiene pautas que le han sido impuestas, fundamentalmente por los medios de comunicación y de la sociedad de consumo. Es pensar en la inmediatez, que se resuelvan las cosas ya, en no pensar en políticas en mediano y largo plazo en no involucrarse, entonces es responsabilidad del Estado y de un gobierno tratar de pensar en el bien común y de generar el respeto entre los ciudadanos. Cómo hacer para que podamos avanzar en el respeto al medio ambiente… Estas son cosas que uno no las impone, pero que tienen que tener una impronta para que las sociedades vayan cambiando porque si no estaríamos en un retroceso tremendo como sociedad.

—Esto es en términos ideológicos, aunque hay cuestiones más prácticas que hacen a los gobiernos. ¿Siente que el gobernador actual descansa en una posición financiera y económica más cómoda que la suya?

—Yo rescato dos aspectos de este momento. Uno es que se puede dialogar sin confrontar, mucho más allá de que podamos confrontar con las ideas, pero no esa confrontación estéril de la grieta, de la brecha amigo/enemigo del gobierno anterior, a pesar de que uno no puede coincidir con el gobierno nacional. Y en segundo lugar, la disponibilidad de dinero a partir de que se le ganó un juicio a la Nación al final de mi mandato. Es una deuda que tiene de cerca de 40 mil millones de pesos con la provincia y por otro lado se está pagando lo que se retraía del 15 % de la coparticipación; eso hace que las finanzas estén muchos más holgadas y bienvenido sea para hacer obras de infraestructura necesarias, fundamentalmente para dar respuestas sociales y a la economía de la provincia.

—¿Estima que alguna deuda le ha quedado en su gestión como gobernador y que debe resolver este gobiernoBonfatti Antonio-2 Salvador provincial?

—Sin ninguna duda que sí. En primer lugar nosotros hemos abordado aquellas cosas que hacen a los derechos básicos. Pusimos en valor todo lo que tuvo que ver con Educación y Salud, el Plan Abre en lo que fue el desarrollo social, lograr implementarlo nos llevó mucho de madurez. Abordar el tema que emerge prácticamente de golpe como la inseguridad que brotó de pronto en la Argentina, el tema del tráfico de drogas, todo eso requiere de cambios que no se hacen de un día para el otro y obviamente es necesario poner mucho esfuerzo. En el tema de la infraestructura, no puede ser que Santa Fe y la Argentina tengan poblaciones sin cloacas. Esta es una cosa en las que hemos ido avanzando. Durante mi gestión hicimos treinta barrios de Rosario pero hay que terminar eso, hay que agilizar el transporte en la provincia y mejorar rutas. Uno no puede hacer todo durante un corto período donde los recursos son escasos como el que nos tocó pasar, pero por otro lado están las mega obras que no se hacen de un día para otro. Por ejemplo están los cinco hospitales de alta complejidad y emergencias que recién vamos a verlos ahora. Se va a inaugurar el de Venado Tuerto, restan los de Reconquista, de Rosario, de Rafaela y de Santa Fe. Todas estas cosas tienen sus tiempos.

—Entre estos temas no se puede dejar de lado el de la seguridad, o la inseguridad, o del delito, como se lo quiera llamar. En este sentido, alguna vez Hermes Binner dijo que la inseguridad era una sensación. ¿Desde qué lugar entiende que se debe abordar el tema de una vez por todas?

—O también podemos hablar de violencia… Vamos a aclarar lo de Hermes Binner. Que hay sensaciones con respecto a la inseguridad no me cabe ninguna duda, está estudiado. Cuando existían las Alemania del este y del oeste, es decir la comunista y la occidental, uno le preguntaba a la gente dónde se sentiría más segura y contestaba que era en la Alemania oriental porque allí había supuestamente mayores controles pero allí había más inseguridad, entonces la sensación a veces no refleja la realidad. Puede estar en más o en menos la sensación, pero esto no omite la inseguridad real o los casos reales de violencia. Entonces, el abordaje es un tema multifacético que tiene que ver con qué sociedad construimos, porque yo me pregunto sobre la violencia que antes no existía en las escuelas, y no hablo de chicos de barrios periféricos, sino de barrios del centro de Rosario que a la salida se cruzan con navajas en confrontaciones que no sabemos adónde nos llevan. Al fútbol ahora vamos sin hinchadas visitantes y ya lo aceptamos como un hecho natural. La violencia en el tránsito, las relaciones interpersonales, la violencia en la familia… estamos en una sociedad violenta. Entonces, abordar esto no es poner un policía más o uno menos, hay que poner los necesarios, hay que hacer la inteligencia necesaria, pero lo fundamental es cómo cambiamos la convivencia entre la gente y cómo les damos igualdad de oportunidades a todos para que quien nazca lo haga en una casa, en un hogar donde el padre y la madre tengan trabajo, se pueda tender un mantel en la mesa, la gente pueda comer allí y no tenga que ir al comedor de una escuela que no tendría por qué existir. Estas son las cosas profundas que nosotros tenemos que abordar. Nosotros sentíamos que Santa Fe estaba totalmente marginada porque durante nueve años no habíamos recibido una vivienda, hablamos del último año de Jorge Obeid, los cuatro de Binner y los cuatro míos. Hay que recorrer las villas y ver cómo vive la gente que no tiene la oportunidad de tener su casa donde viven chicos que después de ir a la escuela no vuelven a hacer sus deberes sobre una mesa cómoda. ¿Cuánta gente no tiene esa posibilidad? Eso genera violencia, la desigualdad genera violencia. Entonces, el abordaje no es tan simplista como cuando se dice ‘yo quiero más policías y más garrote’, eso no sirve para nada y está demostrado en todo el mundo. Tiene que haber la policía necesaria, la prevención necesaria, la Justicia necesaria y ágil para abordar el delito, por eso abordamos también la reforma del Código Procesal Penal y modificamos la Justicia que también tiene un proceso de aprendizaje de los fiscales, de los defensores con un sistema nuevo. Todo confluye en un mismo sentido. El abordaje de la cultura, ahora sí como expresión, con los tantos programas que llevamos adelante con el ministerio de Innovación y Cultura, los espacios culturales como el tríptico de la infancia en Rosario o en Santa Fe, o como el Querer, Creer, Crear, van confluyendo para intentar tener una sociedad diferente.

Fotos y video: Salvador Hamoui