En la Unión Industrial se dieron cuenta temprano que las sillas no iban a alcanzar. Ayer era tal interés por un cara a cara con el ministro Francisco Cabrera, que más de 100 empresarios del interior desbordaron la sede de avenida de Mayo.

Lo que ignoraban era que les habían reservado una sorpresa. Cabrera llegó con el jefe de la AFIP, Alberto Abad y con la subsecretaria de Pymes, Carolina Castro, ex líder de la juventud de la UIA y ahora convertida casi en celebridad por el millonario paquete para las pymes anunciado por Mauricio Macri durante la mañana.

“Esto es sólo la primera parte, verdad Alberto”, arrancó Cabrera sonriente y en lo que parecía un chiste dirigido a Abad.

En ese momento se supo que habrá una oficina pyme en la sede de la UIA para canalizar los programas. Pero el jefe de la Afip pareció no inmutarse y en cuanto tuvo oportunidad, recalcó que sólo una medida, la posibilidad de que las pymes puedan pagar el IVA cada tres meses, un beneficio que alcanza a empresas que facturan hasta un millón de pesos por día, implica un sacrificio fiscal de $ 4.800 millones.

Lo refutaron. Jorge Sorabilla (textil) y Rubén Abete ( laboratorios) le dijeron: “No tenga duda de que habrá mayor consumo y lo recuperará en la recaudación”.

Esas reuniones de la UIA son un ámbito natural para las quejas sectoriales. Y las hubo. Aunque también se sintió un viraje con elogios entusiastas al paquete para pymes que corrieron por cuenta de José de Mendiguren, diputado por Sergio Massa y por José Urtubey, hermano del gobernador salteño enrolado en el PJ.

Eso no significó que quedara relegada a un segundo plano la preocupación constante por las importaciones. Daniel Funes de Rioja, en nombre de la industria de alimentos, se refirió a los que llegan desde Brasil. También hubo quejas de las empresas del plástico. Pedro Reyna (Federación de la Madera) suministró cifras sobre el ingreso de muebles brasileños. Y Matías Furió (Cámara del Juguete) explicitó: “Nosotros podemos competir con todos los países, salvo con China y están ingresando juguetes en grandes volúmenes”.

En ese momento intervino el jefe de Gabinete de Cabrera, Ignacio Pérez Riba, con un pedido disculpas que dio que hablar. “Cuando nos hicimos cargo, la ex funcionaria Paula Español, nos entregó un pen drive donde supuestamente estaban las DJAI ( permisos de importación). No había nada. Entonces liberamos importaciones. Nos equivocamos”.

Sin proponérselo, Pérez Riba dio pie a Mendiguren: “El tema no es que el producto cruce la frontera. Cuando en Brasil los productores de huevo venden a precio de regalo, los supermercados de acá pretenden comprarlo al mismo valor, porque sino lo importan”. Cabrera tomó nota.

Después fue el turno de los que insistieron con los planes de pago por atrasos con la AFIP. Abad no lo dejó pasar. Aseguró que hay 192.000 inscriptos en esas facilidades. Ya eran casi las 17 y el jefe de la UIA, Adrián Kaufmann iba a perder un avión.

y participará en Mendoza del relanzamiento de la UIA de esa provincia. De paso, promocionó al invitado de la semana próxima: el ministro de Trabajo, Jorge Triaca.