Por Aldo Battisacco desde Buenos Aires (enviado especial)

En el marco de la reunión de asesores de la comisión de Agricultura y Ganadería que se realizó el jueves 12 en la Cámara de Diputados para abordar la modificación de la Ley de Semillas, las organizaciones presentes firmaron un documento que rechaza de manera contundente «cualquier avance en el tratamiento de la modificación de la Ley de Semillas tal como se planteó en la reunión planificada para el día 12 de octubre desde la Comisión de Agricultura».

Las comunidades indígenas señalaron que ya fue «planteado en la Consulta Pública realizada desde la Comisión de Agricultura el año pasado» y que rechazaron «los proyectos de Ley en discusión pues la mayor parte de ellos propone
la limitación de la posibilidad de guardar semillas por parte de los agricultores y la criminalización de las semillas nativas y criollas, impidiendo el libre intercambio entre productores familiares, campesinas y campesinos y pueblos originarios».

En otro orden, señalaron que «avanzar con estos proyectos significará una entrega de nuestros bienes naturales y una amenaza a la Soberanía Alimentaria de nuestro pueblo de la que los legisladores que avalen el cambio serán responsables y por la que deberán rendir cuentas en el futuro».

Y apuntaron que «cualquier modificación de la Ley de Semillas deberá ser sometida a un amplio debate público donde campesinas y campesinos, pueblos originarios, productores familiares, organizaciones sociales y políticas, consumidores y todos los sectores involucrados puedan ser de manera transparente y participativa consultados».

En el documento consignaron que reafirman los principios irrenunciables para el abordaje de una Ley de Semillas en Argentina:

1- El rechazo a toda forma de propiedad intelectual sobre las semillas. Las semillas agrícolas han sido y siguen siendo una creación colectiva de los pueblos y los intentos de apropiación y privatización a través de los derechos de obtentor, patentes o normas de calidad son una amenaza a la soberanía alimentaria de los pueblos.

2- Garantizar la libre circulación, intercambio y comercio de las semillas nativas y criollas impidiendo su apropiación y monopolio por parte de corporaciones.

3- Revalorizar y relegitimar los conocimientos, saberes, creencias y prácticas locales, tradicionales y ancestrales de las campesinas y los campesinos, indígenas y afrodescendientes y demás comunidades.

4- Promover y garantizar su uso de las semillas criollas y nativas en el marco de un impulso a la producción agroecológica en manos de campesinos y campesinas, productores y productoras familiares y pueblos originarios.

5- Abandonar el impulso al agronegocio, el control corporativo de nuestra agricultura, el uso de semillas transgénicas y la aplicación de agrotóxicos y la entrega de nuestros bienes naturales a través de los Tratados de Libre Comercio; promoviendo una transición urgente hacia un modelo regional agroecológico de base campesina con real participación de las comunidades involucradas. En este sentido, consideramos urgente e imprescindible avanzar en un proceso de reforma agraria integral que recupere el territorio para las mayorías sociales.

Finalmente, expresaron que esperan «que estos principios impulsen cualquier debate a futuro quedamos a la espera de sus posiciones», concluyeron.

¡SOMOS TIERRA PARA ALIMENTAR A LOS PUEBLOS!