El pasado 10 de abril el Congreso de la Nación abrió sus puertas para que se dé inicio al debate sobre la despenalización del aborto. Más de 400 expositores provenientes de distintos campos a favor y en contra del proyecto ya pasaron por el recinto a sumar su punto de vista. Virginia Franganillo, socióloga, creadora del Consejo Nacional de la Mujer, quien actualmente dirige el Observatorio de Pobreza y Género, aportó su posición al debate a favor de la iniciativa.

En declaraciones con Conclusiónmanifestó su optimismo respecto a la aprobación del proyecto de ley. “Es una cuestión ganada, después de muchos años de militancia. Hace 24 años que se abrió el debate sobre el aborto en la Argentina, que costó mucho que se abriera, porque estaba sostenido por un pacto de silencio de toda la dirigencia”, expresó a este medio luego de realizar su aporte en la décima audiencia del plenario de comisiones de la Cámara de Diputados sobre la interrupción voluntaria del embarazo.

En tal sentido, aseguró que en la actualidad hay una “madurez” en la sociedad argentina, que anteriormente no existía, para abordar esta problemática: “Las plazas llenas son las que empujaron la apertura de este debate”.

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“Creo que hay un desarrollo en la sociedad que se expresa en las adolescentes y chicas jóvenes donde la legalización, que se ha instalado como un debate central, tiene que ver con el sentido común, por ello, lo que tiene que hacer la política es expresar ese sentido común. Ya hay demasiada historia de lucha, y demasiado daño producido a las mujeres, este es el momento”, profundizó.

Según el Código Penal en la Argentina la interrupción voluntaria del embarazo es un delito. Sin embargo, esto no quiere decir que por ello no existan, sino que se realizan pero en la clandestinidad. Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que restringir el acceso al aborto no reduce el número de los mismos. Por lo tanto, ocurren y no sólo esto, sino que la mayoría, en condiciones poco seguras, por lo que representa una de las principales causas de mortalidad en mujeres. Asimismo, según los cálculos establecidos por el departamento de Salud Reproductiva e Investigación, cada año hubo en el mundo unos 25 millones de abortos sin condiciones de seguridad, la mayoría ocurridos en países en desarrollo.

La interrupción voluntaria del embarazo es un tema que siempre existió, solo que antes estaba “invisibilizado”, explicó la especialista

“Mi generación abortaba en nuestra intimidad, el tema no se hablaba”, indicó Franganillo, a la vez que remarcó la cantidad de testimonios de mujeres que abortaron y que lo “confiesan” ahora a raíz de que el debate se ha instalado en el tapete. “Convertir al aborto en un crimen ha generado el silencio de las mujeres históricamente. Romper ese pacto de silencio es muy difícil”, puntualizó la socióloga.

En América Latina, donde imperan algunas de las legislaciones más restrictivas del mundo respecto a esta problemática, solo 1 de cada 4 abortos fue seguro, es decir, que salvando esa excepción, los demás se realizaron carentes de condiciones sanitarias, una práctica donde las mujeres con menos recursos económicos son quienes más sufren las consecuencias. En los países en desarrollo, cada año hay alrededor de 7 millones de mujeres que son hospitalizadas a consecuencia de un aborto sin condiciones de seguridad.

En tal sentido, la mujer que queda embarazada y que no presenta los medios económicos para realizarse un aborto dentro de los marcos sanitarios que corresponden, se ve obligada a que peligre su salud, o a asumir una maternidad que no desea. “Es vergonzoso que un país que hace años controla eficazmente la natalidad en los sectores altos, y los medios someta al heroísmo a las mujeres más pobres, promoviendo maternidades forzadas, con todos los daños que eso significa”, enfatizó la profesional.

Sin embargo, el transcurso de los años, y de lucha, ha promovido que el discurso “hegemónico” de los grupos pro vida que atravesó la sociedad por mucho tiempo, desprovistos de “consenso científico”, ya sean una etapa “superada”, explicó. El actual discurso público instalado socialmente, está impreso como problemática de salud pública, de justicia social, y de la autonomía de la mujer sobre su cuerpo.

“Es un tema que interpela a todas, no solamente a un núcleo de mujeres organizadas”, puntualizó Franganillo, situación que se traduce en la diversidad de voces a favor de la despenalización del aborto que participan en el debate. “Es muy alumbrador para abrir conciencias, para dar argumentos, para reconocer ciertos sentires y pesares. Fue muy importante instalarlo porque al darle mayor visibilidad está permitiendo un salto muy grande en la conciencia. A través de todas las informaciones que se han vertido”, consideró al respecto.

Finalmente, la profesional, concluyó: “Solamente la legalización del aborto nos va a permitir evitar más muertes, disminuir los abortos, promover vidas de mujeres libres con su sexualidad, y su capacidad de decidir si van a ser madres o no, cuando y en qué momento”.

Pañuelazo por el aborto legal

Una nutrida marcha a favor del aborto legal, seguro y gratuito se realizó este lunes en el Monumento a la Bandera donde los manifestantes, en su mayoría mujeres, se movilizaron con pañuelos verdes para hacer visible su reclamo.

Bajo el lema “Aborto legal ya”, la convocatoria reunió a una multitud encabezada por organizaciones feministas y agrupaciones políticas de izquierda, entre otros.