La Cámara de Diputados convirtió esta madrugada en ley el proyecto que asegura el acceso de los pacientes a las prestaciones integrales sobre cuidados paliativos en los ámbitos público, privado y de la seguridad social, y el acompañamiento a sus familias.

La iniciativa fue aprobada por una amplia mayoría: 218 votos afirmativos y uno negativo.

Durante el debate, la presidenta de la comisión de Salud, Mónica Fein (Socialista Interbloque Federal), señaló que «un cuidado paliativo tomado eficazmente en etapa temprana evita hospitalizaciones innecesarias y el uso de servicios de salud».

«Los cuidados paliativos no son un privilegio, deben ser considerados un derecho de toda la ciudadanía. Es responsabilidad del Estado avanzar en la promoción de este derecho», expresó.

La iniciativa sobre cuidados paliativos busca desarrollar una estrategia de atención interdisciplinaria centrada en la persona, que atienda las necesidades físicas, psíquicas, sociales y espirituales de los pacientes que padecen enfermedades amenazantes y/o limitantes para la vida.

También, a través de esta normativa, se propone promover el acceso a las terapias tanto farmacológicas como no farmacológicas disponibles y basadas en la evidencia científica para la atención paliativa; y promover la formación profesional de grado y posgrado, la educación continua y la investigación en cuidados paliativos.

El texto del proyecto había sido aprobado por el Senado en octubre de 2020 y define a los cuidados paliativos como «un modelo de atención que mejora la calidad de vida de pacientes y familias que se enfrentan a los problemas asociados con enfermedades que amenazan o limitan la vida».

Este tratamiento se hace «a través de la prevención y alivio del sufrimiento por medio de la identificación temprana, evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas físicos, psicológicos, sociales y espirituales».

Por su parte, Ruben Manzi (Coalición Cívica-Juntos por el Cambio) dijo que «este proyecto apunta a que ni la familia, ni el paciente que transita la etapa final de su vida, pase y la viva con la sensación de que fue abandonado por los que no pudieron curarlo».

«Tenemos que trabajar en nuestras provincias para que las diferentes jurisdicciones se unan a los alcances de esta ley», advirtió.

Por el Frente de Todos, Paola Vessvessian, apuntó que «este proyecto no solo tiene que ver con la formación, sino también con la intervención farmacológica y no farmacológica, aunque también con una mirada que tiene que ver con un enfoque multidisciplinario, con un enfoque integral que es no solo la mirada del paciente, sino que también tiene que ver con su contexto y con su familia».

UNA DEUDA

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a los cuidados paliativos como «un enfoque que mejora la calidad de vida de los pacientes (adultos y niños) y sus allegados cuando afrontan problemas inherentes a una enfermedad, previniendo y aliviando el sufrimiento a través de la identificación temprana, la evaluación y el tratamiento correcto del dolor y otros problemas, sean estos de orden físico, psicosocial o espiritual».

La psicóloga y especialista en cuidados paliativos, Silvina Dulitzky, opinó ante Télam que proporcionar estos instrumentos «es una responsabilidad ética de los sistemas de salud y del Estado, sin embargo «algunos estudios estiman que a nivel mundial sólo un 14% de las personas que necesitan asistencia paliativa la reciben, con un porcentaje similar en nuestro país».

En resumen, la especialista señaló que la normativa permitirá ordenar y fortalecer los equipos y servicios existentes; lograr asistencia en los lugares de residencia de los pacientes, evitando la migración a centros urbanos de mayor complejidad, y permitiendo que puedan morir en su lugar de origen; optimizar la formación de los profesionales; mejorar estas prestaciones tanto en domicilio, como en unidades específicas de internación y en los equipos hospitalarios; facilitar la evaluación y tratamiento del dolor severo, presente en el 80% de los pacientes de cuidados paliativos; mejorar la disponibilidad de medicamentos esenciales en cuidados paliativos ; incrementar la capacidad de cuidado de las comunidades con entrenamiento y educación y preservar la dignidad de la persona enferma y de su entorno afectivo durante todo el transcurso de la enfermedad y aún en la proximidad de la muerte.

MÁS SALUD

La Cámara de Diputados también aprobó esta madrugada y envió al Senado el proyecto de ley sobre prevención y control de la resistencia a los antimicrobianos, cuyos objetivos son apuntan al cuidado de la salud.

La iniciativa impulsada por la presidenta de la comisión de Acción Social y Salud Pública, Mónica Fein y el legislador del Frente de Todos Daniel Gollan sumó 199 votos a favor y uno en contra.

El proyecto regula la venta de los antibióticos al establecer que “todas las especialidades medicinales cuyo ingrediente farmacéutico activo (IFA) tenga actividad antimicrobiana sistémica debe ser la de ‘venta bajo receta archivada’”.

Además prohíbe «toda forma de anuncio al público de todas las especialidades medicinales cuyo ingrediente farmacéutico activo (IFA) tenga actividad antimicrobiana sistémica”.

El proyecto crea el Plan Nacional de Acción para la Prevención y Control de la Resistencia a los Antimicrobianos y las Infecciones Asociadas al Cuidado de la Salud.

Uno de sus metas es «promover el uso apropiado de los antimicrobianos para minimizar su utilización innecesaria sin comprometer la salud humana y animal, promover las medidas necesarias para la regulación y fiscalización de antimicrobianos y concientizar, informar y educar sobre la resistencia a los antimicrobianos».

Durante el breve debate del proyecto, Gollán señaló que «se produce una pérdida cada vez más acelerada de los efectos de los antimicrobianos; entre otras cosas por problemas de prescripción».

«Se prescriben a veces antibióticos que no hacen falta, o hay farmacias que dan medicamentos sin recetas, e incluso hay mucha automedicación», advirtió el exministro de Salud nacional y bonaerense.

En ese sentido, advirtió que «estamos ante una situación grave; porque se banaliza la utilización de medicamentos».

Por último, ejemplificó con datos: «Hay una intencionalidad comercial, porque existen tratamientos de 3 pastillas por 7 días (total 21) y los blíster son de 8 o de 16 pastillas; y las que sobran por ahí las termina tomando tiempo después un familiar que tiene los mismos síntomas».