El ministro de Gestión Pública de Santa Fe, Marcos Corach, señaló que las balaceras y el crecimiento de la violencia en las calles de Rosario tienen una vinculación directa con el año electoral y la corrupción que existe en la policía.

El funcionario provincial acompañó el pasado viernes al gobernador Omar Perotti en su visita a Casa Rosada para abordar junto a integrantes del Ejecutivo nacional la problemática de seguridad que atraviesa el territorio rosarino y al retornar a Santa Fe planteó que, si bien no tiene pruebas concretas, las elecciones de este 2023 podrían ser el motivo de la escalada de hechos violentos.

«No puedo menos que pensar casi en una vinculación entre el año electoral y lo que está pasando. Pero insisto en que no puedo ir a un fiscal a decirle: ‘Mire, escuché a tal candidato (organizar un ataque)’. Pero sí tengo el mismo derecho que tienen los periodistas (porque no tengo pruebas). No obstante, tengo esa sospecha, me lo imagino y lo vinculo. Vinculo que tiene que ver con el año electoral», manifestó el pasado fin de semana en una entrevista con Rosario3, al ser consultado por una posible operación política detrás del atentado contra el supermercado de la familia Roccuzzo.

En esa línea, Corach sostuvo que -más allá de las distintas herramientas que consensuaron con el gobierno nacional en la reunión del viernes- es muy difícil prevenir ataques como el que sufrió el negocio de los Roccuzzo.

«¿Se puede prevenir que un tipo que viene en bicicleta agarre a tiros el supermercado de los Roccuzzo? La verdad es que es muy complejo poder prevenir. ¿Qué vamos a hacer? ¿Ponemos un patrullero sobre cada una de las víctimas de las balaceras? El viernes estuvimos con el Gobernador en Buenos Aires buscando más inversión. Junto al jefe de Gabinete (Agustín Rossi) y el ministro del Interior (Eduardo «Wado» de Pedro) hicimos cosas importantes. ¿Alcanzan? Seguramente no. ¿Mejoran un poco? Esperemos que sí», explicó.

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Ante estas dificultades para fijar medidas que prevengan ataques de este tipo, el funcionario volvió a reclamar que el gobierno nacional asuma la problemática con otra impronta y pidió que, si hay alguien intentando sacar rédito electoral mediante la organización de episodios violentos, deje de hacerlo.

«En el supuesto caso que hubiere algún tipo de vinculación entre el año electoral y lo que está pasando en la ciudad de Rosario: dejen de hacer esto. Si lo están haciendo, nadie saca ventaja. Perdemos todos. Y básicamente los rosarinos y las rosarinas», afirmó.

A la vez, reconoció la existencia de un grave problema al interior de la estructura de la policía provincial, que -dijo- es heredado de gestiones anteriores, en el que efectivos de las fuerzas de seguridad aparecen frecuentemente asociados con las organizaciones narcocriminales.

«Hoy podemos decir que desde la política y desde el Estado estamos cortando los vínculos de convivencia con el delito. No puedo decir lo mismo de los anteriores (en referencia a los gobiernos del Frente Progresista Cívico y Social). Hay policías detenidos, hay causas y hay policías condenados», indicó.

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Y amplió: «La verdad es que es difícil. Lo que puedo decir es que hoy no hay convivencia de la política con la policía. Sí hay corrupción en la policía, esa policía que hemos heredado con estos casos. No hay convivencia. La mejor prueba de que no existe eso es cuando a nosotros nos dicen que hemos cambiado once jefes de policías y cuatro ministros de Seguridad. Cuando el Gobernador tiene claro hacia dónde vamos y estos resultados no se dan, los cambia.