El debut del sistema de Boleta Única Electrónica será uno de los aspectos claves de los comicios que se disputan hoy en la Ciudad de Buenos Aires.

Mientras desde el gobierno local siguieron procurando hasta último momento que los ciudadanos ejerciten el uso del nuevo sistema para votar, al mismo tiempo continuaron apostando a que su implementación fluya hoy sin inconvenientes y que los resultados del escrutinio provisorio puedan conocerse a las 20.

«Más rápido», «más seguro» y «más fácil de usar» fueron algunos de los calificativos elegidos por el oficialismo porteño para ensalzar el nuevo sistema, mientras que, desde la oposición, sembraban dudas sobre su desenvolvimiento.

Incluso, días atrás, fue radicada una denuncia de ECO ante el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad en la que afirmó que no les habían sido entregadas a tiempo las máquinas con las que debían contar para capacitar a sus fiscales.

La máquina de votación consta de un equipo con una pantalla táctil provisto de un sistema de impresión y verificación, y una boleta de votación.

Bajo este nuevo sistema, cada elector tiene la posibilidad de seleccionar sobre la pantalla a cualquiera de los candidatos para cada categoría, y también tendrá la opción «voto en blanco».
Tras ese procedimiento, el ciudadano debe imprimir su elección en la Boleta.

Al momento de votar, el primer paso es entregar el DNI al presidente de mesa, que, a su vez, corta el primer troquel que trae la Boleta Electrónica y, luego, la entrega al votante.

En el momento que el ciudadano se coloca delante de la máquina de votación, debe introducir la boleta en la ranura con la que cuenta la máquina y en el sentido que le indica una flecha, tras lo cual verá en la pantalla las opciones para votar.

Tocando la pantalla, puede elegirse a los candidatos por categoría o por lista completa, y una vez finalizado el voto, la selección quedará impresa en la parte de atrás de la boleta.

Al apoyar la boleta sobre el verificador, la selección aparece en la pantalla y, allí, será el momento en el que el ciudadano deberá chequear si lo que votó es lo que se encuentra impreso en su boleta.

Luego, pero antes de alejarse de la máquina, el elector deber doblar la boleta hasta el límite del troquel para que nadie vea cuál fue su elección y el voto siga siendo «secreto».

Una vez cumplido ese paso, adelante del presidente de mesa, el votante debe cortar el troquel y dárselo a las autoridades de mesa antes de introducir la boleta en la urna.

Por último, se firma el padrón electoral y se obtiene la constancia de votación. De todos modos, para que los ciudadanos sepan qué hacer al momento del sufragio, el gobierno porteño, tal cual lo dispuesto por una ley sancionada por la Legislatura, dispuso que en los lugares de votación habrá máquinas y capacitadores para que los ciudadanos puedan practicar el uso del nuevo sistema de sufragio antes de la votación final.