El secretario de Seguridad de Santa Fe, Germán Montenegro, indicó que la ciudad de Rosario cuenta con un total de 4.500 policías que se abocan a todo tipo de tareas, mientras que los que se dedican a la seguridad son 2.200. «Es poco», disparó el funcionario.

En una entrevista con Télam, Montenegro aseguró que en Rosario «las custodias designadas por el Poder Judicial afectan al 30 por ciento de la dotación» y sostuvo que la policía provincial «es muy pequeña en términos numéricos, porque hay unos 12 mil policías de seguridad para atender a toda la provincia».

Con respecto a la ola de violencia que atraviesa Rosario, donde hubo 40 homicidios en los primeros 50 días del año, el secretario consideró que se debe continuar con el «plan estratégico de reconversión policial», para evitar los vínculos «afianzados» que tenían algunos eslabones de la fuerza con las organizaciones narcos.

Además, consideró que la situación se e agravada por la cantidad de armas que hay dando vueltas en la ciudad y el fuerte consumo de drogas. 

«En Rosario existe una forma de estructurar las organizaciones que es histórica, de clanes familiares y semi familiares territoriales, que tradicionalmente se han disputado el territorio a los tiros. Existen episodios de estas características en años anteriores. Es una modalidad particular de funcionamiento de estas bandas que tiene esta ciudad, que se mandan mensajes con tiroteos en sus casas«, explicó el funcionario provincial.

Para Montenegro, la escalada de crímenes se debe a varios factores como «la disputa  por el control territorial» para la venta de drogas; el descabezamiento de grandes bandas narco que permitió «la aparición de segundos y terceros escalones»; un «mercado fenomenal de consumo de cocaína» en Rosario y la interrupción de los vínculos entre la fuerza de seguridad y las organizaciones criminales que «alteró el estado de cosas».

Consultado sobre las posibles soluciones a esta situación, Montenegro expresó: «Tenemos que trazar un plan estratégico de reconversión policial porque, sino, no salimos nunca de este circuito. Tenemos trazado un plan que apunta a estructurar un sistema con una policía profesionalizada, con una de investigaciones criminal separada del resto, armar un cuerpo de control externo que investigue la corrupción de la fuerza. Esto implica un cambio de formato de la organización policial y de formas de trabajo que va a costar hacerlo funcionar».

«Queremos modificar el status quo que había porque la verdad que tenemos un sistema policial deficitario que hay que modernizar y profesionalizar, y eso va a implicar respuesta de estas características, porque van a intentar obstaculizar el proceso. Pero ese es el desafío», concluyó.