El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) discutió «por primera vez un balance integral» desde la crisis de 2009 de su política de préstamos y acordó «explorar reformas para modernizar las condicionalidades» que impone en la política monetaria de los países, entre otras cuestiones.

La cúpula de países del organismo discutió sobre el diseño y las condicionalidades de sus programas de préstamos efectuados a los países entre 2011 y 2017, y evaluó que «tres cuartas partes habían tenido éxito o algo de éxito», reveló este lunes el FMI.

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Las recomendaciones elevadas por el directorio al organismo fueron las de «mantener en general» las políticas y condicionalidades con los países, y corregir algunas cuestiones como el haber trazado escenarios muy optimistas en el pasado, y el impacto de las políticas de ajuste propuestas, así como la revisión de las condicionalidades que implican las políticas estructurales, se desprende de un extenso comunicado dado a conocer este lunes por el organismo.

En tal discusión, el pasado 3 de mayo, «los directores compartieron la evaluación de que los supuestos de crecimiento (de los países) eran a menudo demasiado optimistas, en gran parte por los errores de pronóstico global y la subestimación del impacto de las políticas de ajuste», indicaron.

Aunque la Argentina no fue materia de estudio para la elaboración del informe, ya que suscribió su préstamo con el Fondo en 2018, las conclusiones y recomendaciones parecen un tiro por elevación al caso argentino, donde el mismo Fondo flexibilizó recientemente las condiciones rígidas inicialmente impuestas al país para que el Banco Central pueda intervenir en el mercado y evitar que se dispare el dólar, en una economía con alta inflación y recesión.

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Asimismo, los directores «recibieron con satisfacción la profundización de la discusión de escenarios de riesgo y de la mejora de la planificación de contingencia en el diseño de los programas».

En este sentido, «si bien la inflación no fue un problema importante durante el período, los directores apoyaron explorar reformas para modernizar el marco de condicionalidades de la política monetaria», resaltó el Fondo.

El documento revela que los directores «hicieron hincapié en la necesidad de mantener suficiente flexibilidad y tener debidamente en cuenta la capacidad de ejecución de los países miembros» del gasto social.

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En este sentido, «apoyaron el enfoque en la calidad del gasto social y en la priorización de condiciones estructurales en materia social».

Se mostraron a favor de «un enfoque caso por caso y la racionalización de las condiciones para mantener la calma» social; y, al respecto «los directores hicieron hincapié en la importancia de la estrecha colaboración con otras instituciones financieras internacionales».