El sector inmobiliario en la provincia de Buenos Aires atraviesa una crisis que no encuentra freno: en lo que va del año las operaciones están en un piso histórico y el 2019 se encamina para ser el peor cierre del que se tenga registro.

Según datos del Colegio de Escribanos bonaerense (Colescba), en julio, antes de la corrida cambiaria post PASO, hubo un 28,6% menos de operaciones que en el mismo mes del año pasado, al registrarse 6.771 contra 9481. Además, en el acumulado de 2019 se habían realizado 40.920 operaciones inmobiliarias, cuando en este mismo lapso pero de 2018 se habían cerrado 68.818.

Si se toman en cuenta los registros de los últimos 15 años el panorama es aún peor. Es que de esa zaga el peor período fue 2014, con un total de 97.918 operaciones de compra-venta. Cerca, pero por encima de los 100.000, estuvieron también 2013, 2015 y 2016.

Sin embargo, todos esos años mostraban a esta altura mejores números. Por caso, el pésimo año de 2014 llevaba a julio 45.139 operaciones concretadas. Es decir que fueron casi 5.000 más que en lo que va de 2019. Si bien es cierto que la actividad suele proyectar mejores meses en el segundo trimestre, la proyección dada la crisis económica del país no permite optimismo.

Más si se tiene en cuenta que los datos publicados por la entidad son anteriores a las PASO y la fuerte devaluación que llevó a que hoy el dólar esté en torno a los $58, tras el salto desde los $46 que cotizaba en la semana previa a las elecciones. Y como si fuera poco, desde el primero de septiembre rige el cepo cambiario que restringe la compra de dólares.

Las operaciones con hipotecas no están mejor. En julio se contabilizaron 477, contra las 1.566 de 2018: una caída interanual de casi un 70%. El acumulado del año también está muy por debajo de los índices históricos.

Las estadísticas de Colescba muestran que de continuar esta tendencia que parece irreversible el 2019 será el peor año al menos desde 2005, cuando empiezan los registros que muestra en su web. No por nada, el propio vicepresidente del Colegio de Martilleros bonaerense, José María Sacco, reconoció que las operaciones llegaron a «marcas históricas negativas» con niveles similares a los del crack de la economía argentina en 2001 y 2002.

«Todo el mercado de compra venta de propiedades está virtualmente congelado al perderse los precios de referencia y eso afecta también al segmento de alquiler de viviendas», reconoció la entidad, presidida por Aníbal Fortuna.

En este marco de crisis, la ONG Defendamos Buenos Aires alertó que se cerraron más de 900 inmobiliarias en la Ciudad y la Provincia sólo en los primeros 4 meses del año. Para dimensionar, solo en San Isidro bajaron sus persianas 45 y en San Martín unas 32.

El director de la ONG, Javier Miglino, detalló que la ausencia de compradores de casas y la disminución de inquilinos, sumado a los tarifazos y aumentos en el alquiler, provocaron un alza en gastos fijos. «Esto terminó con las inmobiliarias», sintetizó.

En este marco de crisis del sector, los martilleros bonaerenses realizarán la semana próxima en Mar del Plata un congreso, donde sin embargo en ninguno de los paneles abordarán el problema.

Esto ha levantado críticas, teniendo en cuenta el número de inmobiliarias que han cerrado este año y que sintieron no haber recibido el apoyo del Colegio profesional que la representaba. «De la única crisis que se va a hablar en el congreso es de la ‘Crisis Social en la Argentina’, en una charla de media hora a cargo del diputado Daniel Arroyo», ironizó un operador inmobiliario.