Por Esteban Guida*

El primero de marzo pasado, el presidente, Mauricio Macri, abrió por última vez durante su actual mandato las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación. El discurso causó mucho malestar hasta en el mismísimo mundo de las finanzas que al día hábil siguiente empezó a vender activos argentinos en el exterior.

Si bien no se explayó mucho sobre economía, sí realizó contundentes afirmaciones que parecían descripciones de otro país, dando lugar a una catarata de burlas, pero también a un profundo mar de preocupaciones. Macri dijo textualmente: “Propusimos un camino gradual que fue exitoso durante dos años y medio, creció la economía, bajó la inflación, aumentó la inversión y las exportaciones, bajó la pobreza y creamos 700 mil puestos de trabajo”.

Una de las afirmaciones del presidente de la Nación fue que, en los dos primeros años y medio de gestión, se crearon 700 mil puestos de trabajo. El hecho de elegir ese periodo de tiempo en especial no resulta casual; es el típico “hazle decir a los números lo que quieras”, excluyendo deliberadamente lo ocurrido después del estallido del modelo macrista y las consecuencias de la profundización de la crisis económica que destruyó gran cantidad de empleos en pocos meses.

De todas formas, tal aseveración igualmente resulta errónea si se lo compara con las estadísticas oficiales que exhibe el mismo gobierno a través de la información relevada por el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial. Según los datos expuestos por el Observatorio, la cantidad de trabajadores registrados al 30 de junio de 2018 ascendió a 12.304.000. Al compararlo con el número contabilizado a finales de 2015, se obtiene que, en los dos primeros años y medio de gestión de Cambiemos, sólo se crearon 341.100 puestos registrados. Un poco menos de la mitad de los empleo que afirmó el presidente en su último discurso al frente del Congreso de la Nación. Ni siquiera en 2017, el único año de la gestión de Cambiemos donde la economía presentó una suba cercana al 2%, la creación de empleo se acercó a las cifras de Macri. Tampoco, en enero de 2018, mes en que se registró la mayor cantidad de empleos en blanco de la gestión macrista (12.346.800 trabajadores registrados) se llegó a tal cifra, ya que la cantidad de empleos creados fue de 383.900.

El presidente no se equivocó en su oratoria, porque como siempre, leyó textualmente el discurso. ¿Cuál es la necesidad de mentir con las cifras? Está claro que Macri omitió deliberadamente todo lo ocurrido desde junio de 2018 en adelante, lo que refleja su obsesión por imponer su idea por sobre la realidad, cosa que puede ocasionarle muchos dolores de cabeza y fracasos políticos peores.

Más allá de que no se creó ni la mitad de los 700 mil empleos, ni se incluyó en el análisis el último semestre del 2018, resulta importante observar la composición de los empleos registrados y cómo evolucionaron en esos dos años y medio. Del total de trabajadores que aportan al sistema previsional, los asalariados privados representan el 50%, los públicos el 26%, los monotributistas el 26% y los domésticos y autónomos el resto. Los asalariados privados, sector que más trabajo emplea, resultó el menos favorecido: entre diciembre de 2015 y junio de 2018, solo se crearon 28 mil puestos de trabajo. Es más, al observar la composición del sector privado, se observa que los empleados dependientes de industrias manufactureras perdieron alrededor de 82.000 puestos. Siendo el sector que más intensivo en trabajo que los demás.

Por su parte, el sector público creó 66.800 puestos de trabajo y el empleo doméstico 38.500. Sin embargo, la cantidad de personas que trabajan de forma independiente y aportan al Régimen Simplificado (monotributistas) explicaron en mayor medida la creación de puestos. Específicamente, entre diciembre de 2015 y junio de 2018, la cantidad de monotributistas creció en 211.830. Esta cifra, lejos de significar un cambio positivo, refleja la registración de empleos informales y la precarización laboral, que ocurre cuando una persona pierde un empleo formal e inicia una actividad cuentapropista que no goza de los mismos derechos laborales que aquellos que trabajan en relación de dependencia.

Cabe mencionar que, a pesar de la falacia sostenida por el Presidente en un claro discurso de arenga electoral, la realidad laboral en Argentina es otra. Los últimos datos revelados por la Secretaría de Trabajo arrojaron que, a diciembre de 2018, la cantidad de trabajadores registrados en todo el país ascendió a 12.147.009. Esta cifra solamente solo reflejó 184.105 empleos registrados más que en diciembre de 2015, lo cual está muy lejos de la afirmación del presidente.

¿Cómo se anima el presidente a decir tal cosa, cuando todas sus políticas de gobierno se apartaron del objetivo empleo, ponderaron la especulación financiera, atentaron contra la producción y castigaron a las PyMEs, que son las principales generadoras de trabajo genuino en la economía?

En tiempos donde parece que ya nada queda en pie, denunciar la mentira y defender la verdad resulta un deber político y social de todos los argentinos.

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