El sector de calzados finalizó el año pasado con tendencia negativa, al bajar el consumo aparente 3,4% respecto de 2015, con 142 millones de pares, indicó hoy un informe privado.

Según el estudio elaborado por el centro Investigaciones Económicas Sectoriales (IES), el consumo por habitante se redujo 4,4%, al alcanzar los 3,3 pares por persona contra los 3,7 pares de 2015.

«Este número aún se mantiene por encima del promedio de la última década, de 3,2 pares per cápita», señaló.

El análisis estimó que en 2016 los valores importados treparon a los USD 570 millones, 29,8% por encima de los USD 439 millones de 2015.

Con respecto a las cantidades, el 2016 finalizó con compras al exterior por 27,5 millones de pares, 22,1% superior al 2015.

«La diferente evolución responde a un incremento del 14,3% del precio medio de importación», consideró el trabajo.

Evaluó que, en volúmenes, las ventas al exterior se redujeron 13,4% desde los 650 mil pares en 2015 hasta los 563 mil en 2016.

Respecto de valores, consideró que el descenso fue de un elevado 33,5%, al pasar de USD 15 millones a USD 10 millones, entre 2015 y 2016.

«El destino de las exportaciones a lo largo de 2016 continuó concentrado en el mercado regional», resaltó y puntualizó que «en el primer lugar se ubicó Uruguay, con el 34,5% del total exportado en valores, seguido por Chile, con el 28,6%».

«En el tercer lugar se encontró Paraguay, con el 10,6%; seguido por los Estados Unidos, con el 8,3%», resaltó.

Puntualizó, además, que el origen de las importaciones de calzado el año anterior mostró a Brasil como «el principal proveedor externo, con una participación del 32,3% de los valores de importación».

Luego de Brasil se ubicó China, que aportó el 27,8%, mientras en tercera posición estuvo Vietnam, con el 25,7% de las importaciones y en la cuarta posición se encontró Indonesia con el 9,5%.

El director de IES Consultores, Alejandro Ovando, pronosticó: «Las ventas internas de calzado podrían mejorar levemente en 2017, ya que a pesar del incremento esperado de los salarios reales y la baja del programa Precios Transparentes, se observará una menor predisposición a consumir».