Los ministros de finanzas y banqueros centrales del G-20 realizaron algunos acuerdos de compromiso pero sin el impacto necesario en un contexto global plagado de incertidumbre

Por un lado, el grupo que reúne a los países desarrollados y a los grandes emergentes renovaron su compromiso para evitar una «guerra de monedas» en la que la devaluación china es la variable que todos siguen con enorme atención.

Sin embargo y más allá de las declaraciones, la economía global continúa sin mecanismos claros de coordinación.

Recordemos que en el momento justo en el que se esperaba una suba de tasas de la Reserva Federal estadounidense, China apostó por un retoque en el valor de su moneda que tuvo un impacto global.

La situación se parece más a un tironeo geopolítico y escapa a componentes «técnicos», en medio del fortalecimiento del dolar y de la economía norteamericana, pero en un contexto en que Europa no tiene un horizonte claro en el terreno económico, político y social.

En ese contexto se conocieron declaraciones del ministro de Finanzas británico, George Osborne, a la agencia Reuters en las que afirmó que hay países del G-20 que deberán apostar -al estilo de una vieja frase del economista argentino Aldo Ferrer- a «vivir con lo suyo».

«Quiero ser muy claro como lo han sido muchos alrededor de la mesa (del G-20): los países tienen que vivir dentro de sus posibilidades», subrayó el funcionario británico.

En esa línea, el grupo sostuvo que sólo una «política monetaria» expansiva no solucionará los problemas de crecimiento global y que lo que se necesita es «actividad económica consistente».

Como se dijo, si bien en estas instancias se encuentran los responsables económicos de las 20 mayores economías, cada vez más da la impresión de que los estadounidenses de un lado de la mesa y los chinos de la otra son quienes tienen las llaves para la coordinación o el desorden del panorama económico mundial.

Y seguramente los próximos meses serán testigos de más reacomodamientos en un mundo que ha entrado en otra etapa de incertidumbre.

Los reportes de Randall Palmer y Nick Tattersall aportan precisiones sobre la salidas técnicas que se proponen las 20 economías más grandes del mundo.

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