El jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, recibieron este viernes a una delegación de la CGT para analizar temas que preocupan a los sindicalistas, entre ellos, la marcha de la economía y la posibilidad de que haya un parate en la obra pública tras el escándalo por los cuadernos de la coimas durante la gestión kirchnerista.

En el marco de la sorpresiva cumbre, los funcionarios buscaron llevar tranquilidad a los gremialistas y garantizaron que no se frenará la obra pública, lo cual pondría en peligro 150.000 puestos laborales, profundizando aún más la recesión, advirtieron los representantes de la CGT.

Por parte del Ejecutivo estuvo también el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, y el secretario general de la Presidencia, Fernando De Andreis, mientras que la comitiva cegetista estuvo integrada por dos miembros del triunvirato, Héctor Daer y Carlos Acuña, además de representantes del Consejo Directivo, como Gerardo Martínez, Omar Maturano, Armando Cavalieri, Andrés Rodríguez y José Luis Lingeri.

Como ya lo habían hecho días atrás ante autoridades de bancos, los representantes del Gobierno señalaron que no corren peligro las obras de infraestructura ya pautadas, pese al escándalo que salpica a los empresarios del sector a raíz de las coimas durante el kirchnerismo denunciadas en los cuadernos del chofer Oscar Centeno.

Esa situación se sumó a otro condicionamiento que ya venía amenazando la marcha de la obra pública, que es el acuerdo que la Casa Rosada firmó con el FMI por el cual se comprometió a reducir el déficit y esta actividad fue la que primero se percibió como probable blanco de los recortes de fondos.

En medio de la complicada situación, Peña y Triaca también dialogaron con los sindicalistas sobre la necesidad de que la conflictividad social se mantenga dentro de los parámetros normales y habrían solicitado que eviten convocatorias a marchas de cara a la llegada de otra comitiva del FMI la próxima semana para supervisar la marcha del acuerdo con el Gobierno.

«Como en una semana vuelve el Fondo, hablaron de que no haya quilombo, de contener los ánimos para superar este momento», indicó un vocero de uno de los gremialistas que participó del cónclave.

La inminente renegociación de paritarias de los sindicatos que habían firmado por el 15%, y que tras la disparada del dólar de mayo pasado el Gobierno comenzó a aceptar que se revea esa cifra y se firmen acuerdos en torno al 25%, fue otro de los temas que estuvo sobre la mesa.

El Gobierno abordó esta agenda tendiente a contener la conflictividad con una comitiva integrada por dirigentes de los sectores más dialoguistas («Gordos» e «independientes» fueron mayoría) y sin representantes de los grupos más opositores.

Por su parte, el miembro restante del triunvirato, Juan Carlos Schmid, no puso asistir a Olivos porque se encontraba en Rosario y la reunión fue organizada de urgencia, horas antes de materializarse.

Por su parte, el propio Schmid anunció en las últimas horas que el plenario de secretarios generales que organiza la CGT para discutir los pasos a seguir en su relación con el Gobierno se realizará el miércoles 29 de este mes.

El encuentro se realizará en la sede de la Unión Ferroviaria que lidera Sergio Sasia, uno de los referentes del el Movimiento de Acción Sindical Argentino (Masa), aunque antes se concretará una reunión del Consejo Directivo en la que se convocará formalmente al plenario.

En medio de las divisiones que afronta la CGT, en el plenario se verán las caras los dirigentes más dialoguistas con aquellos que reclaman mayor dureza frente a la gestión macrista, sector que encabeza el camionero Pablo Moyano, quien hará una reunión previa con sus aliados el próximo martes para acordar la postura que llevarán el 29 de agosto frente al resto de la central obrera.