El Gobierno decidió utilizar los u$s 7.200 millones que el Fondo Monetario Internacional había enviado a la Argentina el año pasado y que se mantenían como parte de las Reservas del Banco Central a manera de dólares «intocables».

Según contó el periodista Claudio Zlotnik en el sitio iProfesional, de acuerdo a las versiones que corren en la City, la determinación fue consensuada con el propio Fondo Monetario. Las divisas se irán utilizando a medida que se precisen, ya sea para hacer frente a vencimientos de la deuda -tanto en pesos como en dólares- como así también para tapar el desvío fiscal primario.

Es decir, se usarán no sólo para pagar vencimientos sino también para cubrir gastos corrientes del Estado (sueldos, jubilaciones e, incluso, algunas de las medidas que viene tomando Mauricio Macri y que tienen un costo fiscal).

Esta definición se da ante la postergación, sin fecha, en el envío del desembolso por u$s5.400 millones de parte del FMI. Ese dinero era esperado en Buenos Aires el pasado 15 de septiembre, pero nunca llegó y complicó los planes de la administración actual.

Los u$s7.200 millones que ahora se utilizarán habían sido remitidos por el Fondo el año pasado, como parte del paquete de ayuda a la Argentina. Se había establecido que estas divisas servirían para fortalecer las reservas del Banco Central. No para pagar vencimientos de deuda ni para intervenir en el mercado cambiario. De ahí que fueran «intocables».

Ese esquema, apuntó Zlotnik, cambió a partir de ahora. La decisión tiene todo un costado político: implicará que -sin el desembolso del Fondo previsto-, las reservas sufran un bajón adicional, por el equivalente a lo que el Gobierno vaya utilizando.

El panorama se agrava cuando se consulta a los funcionarios de primer nivel de la cartera de Hacienda o del Banco Central, ya que estos consideran que en las próximas semanas tendrán que utilizar «prácticamente la totalidad» de los u$s7.200 millones.

Todas las miradas están posadas sobre la reacción que tendrá Alberto Fernández ante esta noticia. El candidato del Frente de Todos viene protestando pro la baja de reservas. De hecho, la última vez que criticó al Gobierno por este tema fue en le mediodía del miércoles, tras el encuentro que mantuvo con la cúpula de la Unión Industrial.

Lo cierto es que la anuencia del FMI para que se toquen los dólares «intocables» equivale, en los hechos, a haber aprobado la cuota de u$s5.400 millones que las nuevas autoridades del organismo dejaron en suspenso. Desde el punto de vista del gobierno de Macri, el efecto es el mismo, porque permite afrontar la acumulación de vencimientos de corto plazo.

El efecto de esta medida será padecido por el próximo gobierno, ya que deberá comenzar a gestionar con un Banco Central significativamente más débil, lo cual dejará a los funcionarios de la próximo administración más expuestos a a aceptar las condiciones de la contraparte a la hora de sentarse a negociar el futuro del acuerdo stand by.

El Tesoro de los inocentes

Según apuntó iProfesional, a cambio de los dólares que el Banco Central le compre al Tesoro (es en el Tesoro donde están depositados esos u$s7.200 millones), la autoridad monetaria emitirá los pesos necesarios.

El dato que pondera el portal informativo es el siguiente: el BCRA está dispuesto a esterilizar los pesos emitidos. «La política monetaria seguirá siendo contractiva», asegura Guido Sandleris cuando le preguntan por los detalles de la operación. La lógica intención del banquero central pasa por disminuir el riesgo de que esos pesos terminen presionando sobre el tipo de cambio, en medio de las tensiones electorales.

El interrogante sobre la reacción de Fernández se agranda si, a la caída de las reservas, se le suma además la bola de Leliq.

La visión de Sandleris es que esta cuestión deberá dirimirse entre Fernández y Macri a partir del lunes 28, en caso de que el peronista gane las elecciones y se convierta en Presidente electo. «Obligará a una coordinación entre ambos», dice el banquero central a sus eventuales interlocutores.

Por lo pronto, de acuerdo a un informe reservado para clientes de la consultora Elypsis, postula que los «dólares intocables» de las reservas ya están siendo utilizados.

Elypsis asegura en dicho informe que «la caída de los depósitos del Tesoro en dólares (u$s1.400 millones) el viernes pasado sugiere que el Gobierno comenzó a utilizar parte de los u$s7.216 millones prestados por el FMI para fortalecer las reservas internacionales del BCRA, que en principio no iban a ser utilizados -y no formaban parte del cálculo de reservas netas disponibles para intervenciones-.

Nadie está tranquilo ante lo que viene

Desde hace semanas -contó Zlotnik- vienen circulando por la City informes inquietantes, en los que se advierte que la economía adolece de un faltante en pesos y otro posible en dólares, que se necesitan cubrir para llegar sin turbulencias a fin de año.

Un reporte de la consultora MacroView le pone números a ese agujero: lo sitúa en $265.000 millones (por la parte en moneda local). Para la parte en dólares, todo depende de la actitud del Fondo Monetario.

La cosa es así: si el FMI envía los u$s5.400 millones, entonces habrá capacidad para abonar los u$s2.950 millones que vencen de Letes hasta fin de año, que no fueron reperfiladas, por tratarse de tenencias de «personas humanas».

Es más, si así fuera, y el Fondo cumpliera con el envío, habría un sobrante de unos u$s2.420 millones. Que podrían aplicarse a paliar -en parte- el bache (necesidades) en pesos.

De todas maneras, ni siquiera con el desembolso del FMI alcanzaría para cubrir el agujero en pesos. Al tipo de cambio actual, en torno a los $60, aquellos u$s2.420 millones que sobrarían no podrían calzarse con el déficit en pesos, que llega a $265.000.

En números: esos u$s2.420 millones -equivalentes al día de hoy a $143.000 millones- dejarían un agujero en las cuentas de unos $122.000 millones.

Ese es el escenario más optimista que manejan algunas consultoras de la City, como la de Melconian. Que obligarían, por caso, a monetizar ese dinero, con el consecuente riesgo de que aumente la presión sobre el tipo de cambio.

Ni hablar si se da el escenario más pesimista -aunque para muchos el más realista- de que el Fondo Monetario no desembolse los u$s6.400 millones de acá hasta fin de año.

Si no ingresaran esas divisas, directamente no habría dólares para abonar las Letes.

Esta posibilidad fue analizada por la agencia Moody’s en el reporte elaborado en las últimas horas.

«Si el FMI retuviera el próximo desembolso de u$s5.400 millones, anticipamos que probablemente se produciría una reacción severa del mercado. Cancelar ese desembolso podría desencadenar una reacción negativa, generar una inestabilidad macro y financiera significativa y comprometer aún más la débil posición crediticia de Argentina», afirmó Moody’s en su informe anual sobre el país.

Pero ahora, con el cambio de actitud del Fondo, la situación tiene un nuevo matiz. Al Fondo le sirve, porque no se vería obligado a tomar una medida -la aprobación de la cuota de u$s5.400 millones- que le resulta incómoda. Y a Macri le sirve, porque le desahoga el frente financiero. La presión quedará para el gobierno entrante.