A partir de este lunes, el equipo económico del presidente Mauricio Macri retornará a las negociaciones en busca de destrabar el conflicto con los fondos buitre. El secretario de Finanzas, Luis Caputo, llegó el viernes a Estados Unidos, donde se encontrará con el mediador Daniel Pollack.

Si bien en un principio se maneja que las reuniones serán con el «special masters», trascendió la posibilidad de que representantes de los holdouts se sumen a lo largo de las charlas.

De esta manera, durante los próximos días el Gobierno negociará con el objetivo de conseguir un recorte en los punitorios que el juez Thomas Griesa aplicó a Argentina, lo que es uno de los puntos clave para llegar a un acuerdo.

Previamente, el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, había afirmado con dureza que de la sentencia «30 centavos son de capital original y 70 centavos son intereses», pero dependiendo el bono que tomen se llega al «nivel extremo de 5 centavos e intereses 95».

Al mismo tiempo, remarcó el deseo de que todo quede en el pasado, pero «en términos justos».

Macri al respecto había reconocido que las negociaciones no estaban encarriladas, pero garantizó que la oferta que se presentará será «balanceada». La intención es que con una resolución del conflicto con los holdouts, lleguen inversiones al país.

Acorde con las cifras difundidas por el Gobierno, la deuda sería de 9.882 millones de dólares, sólo ante la Corte de Nueva York.

En vistas de mejorar la oferta de los canjes de deuda del 2005 y 2015, se maneja derogar la ley de Pago Soberano y la ley de Cerrojo, que implica el paso por la Argentina para concretar el pago de cada vencimiento.

En lo que fue la última reunión entre los holdouts y Caputo, éstos aseguraron que no iban a aceptar en bonos la totalidad del reclamo, sino que pretenden efectivo por el escenario volátil que presentan los mercados durante los últimos meses.

Otra opción es concretar un pago en efectivo mediante una operación en la cual debería intervenir el Banco Central y un grupo de entidades financieras sin aumentar el endeudamiento. Es que la autoridad monetaria brindaría bonos como garantía a los que aporten fondos.