El secretario de Comercio, Miguel Braun, explicó que está entre los objetivos del gobierno de Mauricio Macri que el país ingrese al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés).

El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, es un tratado de libre comercio multilateral que se negocia en secreto.

El Gobierno argentino enfatizó que el país debe “abrirse al mundo”, es decir,  remite al reforzamiento de lazos de vinculación comercial y financiera con los centros económicos internacionales del norte: Estados Unidos y la Unión Europea.

La iniciativa de “apertura”, que buscó Mauricio Macri, fue erigirse en referente de un Mercosur que, frente a las adversidades económicas que enfrenta la región y en particular Brasil, cedería hacia el flamante TPP.

El TPP, denominado como una “farsa” por el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, fue acordado a fines de octubre de 2015 por 11 países del Pacífico: Australia, Nueva Zelanda, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Perú, Singapur y Vietnam. La concreción del Acuerdo se realizó el 4 de febrero de 2016 en Nueva Zelanda, cuando se incorporó la firma de todos los países miembro que representan el 36% del PIB mundial y el 25% del valor de las importaciones y exportaciones mundiales.

 

El mismo deberá ser ratificado por los Parlamentos de cada país que lo integre. Este proceso, que puede durar dos años, atravesará el período de elecciones presidenciales en Estados Unidos.

La farsa radica en que no se trata de un acuerdo de libre comercio, sino que apunta a “la administración del comercio mundial” por parte de las corporaciones transnacionales más grandes, concentrando aún más la economía y generando grandes masas de expulsados del mercado laboral, es decir, un aumento exorbitante del desempleo.

En sus más de 26 capítulos de negociación, el acuerdo busca regular un gran número de temáticas, que van desde el comercio de lácteos, hasta la regulación laboral, pasando por derechos de autor, patentes, inversiones estatales y medio ambiente.

Las negociaciones del TPP comenzaron en marzo del 2010 y han sido hechas de espalda a la comunidad de los países afectados. Hoy, todo lo que sabemos al respecto, es gracias a filtraciones de los textos oficiales, como las realizadas por Wikileaks entre noviembre de 2013 y que analizamos.

Peligros de la firma del tratado 

Patentes de Fármaccos

El TPP busca expandir el plazo de protección a las patentes de medicamentos, lo que significa mayores trabas para la fabricación de genéricos y, en consecuencia, medicinas cada vez más caras.

Pero las restricciones no terminan en los fármacos: Estados Unidos está buscando que los países firmantes del TPP reconozcan patentes sobre procedimientos médicos: métodos de diagnóstico, cirugía y tratamiento, lo que significaría que las nuevas técnicas para el tratamiento de enfermedades no podrían ser usadas por cualquier especialista, en cualquier parte del mundo, poniendo en riesgo la salud de millones.

Derechos Laborales 

Según el analista mexicano, Napoleón Gomez Urrutia, a su paso por Washington, «existe un sistema que actúa contra la libertad de asociación y de organización de los trabajadores, que se basa en loscontratos de protección patronal, los cuales mantienen a los miembros del sector laboral en la pobreza, las amenazas y el temor de ser sancionados o despedidos.

«Esa forma de explotación funciona con base en acuerdos privados que pseudo-líderes sindicales firman con empresarios que buscan someter a los trabajadores bajo su control, negándoles el derecho a la contratación colectiva y a pertenecer al sindicato de su preferencia, así como a elegir libremente a sus verdaderos dirigentes», denuncio Urrutia.

Derechos del Consumidor

En primer lugar, con el TPP y su nuevo “derecho de importación», será imposible traer productos desde otro país o comprarlos en alguna plataforma online, ya que estas operaciones requerirían de autorización del titular de los derechos de autor.

Bajo las normas estatales de solución de controversias propuestas por el TPP, las grandes empresas pueden demandar a los gobiernos ante un tribunal comercial internacional, por introducir nuevas leyes – como las leyes de protección al consumidor – que dañen sus negocios.

A esto se suma a que, en el marco del TPP, la industria estadounidense está pidiendo poderes aún más estrictos para limitar la regulación de productos, como los alimentos genéticamente modificados, pesticidas y aditivos.

¿Qué pasa si quieres pasar tu libro electrónico de un Kindle a otro dispositivo? Te convertirás en un criminal.