“Se acabó la fiesta para la burbuja de activos más grande de la historia”, dice Tom Rees en un angustiado artículo que publicó en el diario londinense Telegraph el miércoles 15 de enero. “Para los bancos centrales es una tarea muy abrumadora destetar a los mercados de su adicción a los estímulos”, señala Rees.

El revisa la manera en que el programa de “emisión cuantitativa” y de tasas de interés cero o negativas le ha inyectado dinero al sistema en la secuela de la crisis de 2008, y destaca que “ahora algunos temen que el estímulo que evitó que la economía se precipitara en una depresión económica, sembró las semillas del próximo crac del mercado. Mientras tanto las acciones se han inflado artificialmente con las nuevas tendencias del mercado que no tienen igual en la era posterior a la crisis, desde el auge que hubo con las recompras de acciones que hicieron las corporaciones, al ascenso meteórico de las inversiones pasivas. ¿Cómo llegamos al unto en donde el juego se volvió tan arreglado para el mercado de acciones? ¿Será el 2020 el año en que todo se vuelve amargo?”, concluye.

Jim Rogers, el egresado de Oxford que fundó junto con George Soros el inefable Fondo Quantum y la firma Soros Fund Management, hizo un comentario similar, si bien un poco más colorido:

Lo que sucede en los mercados “es la locura”, dijo Rogers en el programa Boom Bust de RT. “Ese no es el modo en que se supone que funcionen los sistemas económicos razonables”, explicó. Luego el personaje que se identifica con el seudónimo de “Tyler Durden” en el portal electrónico Zero Hedge, comentó sobre las declaraciones de Rogers y señaló que “la Reserva Federal ha aumentado su hoja de balance en más de un 500% en la última década; el Banco de Japón está imprimiendo dinero para comprar bonos y acciones de los ETF [fondos de inversión cotizado, que se cotizan en mercados secundarios]; y el Banco Central Europeo está empantanado en tasas lunáticas de interés negativo. Y según el legendario inversionista Jim Rogers, ellos van a seguir con esta ‘locura’ hasta donde sea necesario”.

Rogers dijo que en 2008 había una deuda excesiva, pero “desde entonces la deuda se ha disparado en todas partes y cada vez va más y más alto. Vamos a tener un momento terrible cuando acabe todo esto… Eventualmente, el mercado va a decir: ‘No queremos esto, ya no queremos jugar este juego, y ya no queremos tu papel basura”.

Rogers advirtió que la respuesta de los bancos centrales será la de imprimir aún más dinero y comprar cada vez más activos basura. “Y entonces es que vamos a tener problemas muy serios… Vamos a pagar todos un precio horrible algún día”.